| 2024-11-07
Quihubo mis cuates!!! Cómo han estado? Yo como siempre, de callejero y en mis andanzas me encuentro con cada cosa que para qué les cuento.
Figúrense que caminaba por la avenida Francisco I. Madero y al llegar a la esquina con Esteban Morales me encontré con un crucero destrozado y pestilente de puras aguas negras, o sea aguas residuales que invitaban a salir corriendo a mil por hora.
Es que ese crucero tiene todos los males: baches dentro de los baches y por si fuera poco, llenos de aguas fétidas que casi provocan asfixia entre los transeúntes.
Y a sólo una cuadra de la avenida 5 de Mayo, del primer cuadro de la ciudad. Imagínese, mis valedores, no hay derecho!!!
De por sí la avenida Madero tiene muy poca movilidad: deshabitada, con edificios abandonado, negocios cerrados desde hace décadas, y todavía esto...
A los automovilistas que vienen en coche con clima esa pestilencia les hace lo que el viento a Juárez, pero donde sí se topan con pared es con los baches: o sea, primero caen dentro de los baches invisibles porque los oculta el agua y después, cuando bajan los cristales para ver qué pasa, los invade el fogonazo de aguas puercas.
Válgame Dios, mis carnales de barriada. Mejor me voy porque esto ya me está asfixiando.
Se despide de ustedes su amigo El Justiciero.