Veracruz | 2022-12-15
Ante la llegada de las fiestas navideñas muchas personas que padecen la enfermedad del alcoholismo y andan en las celebraciones y brindes propios de la temporada, se pueden meter en problemas que las llevarían al hospital, a la cárcel o al panteón por las consecuencias de su manera descontrolada de beber y, hoy en día, se añade el problema de las drogas advirtió Ricardo X coordinador de la Oficina Intergrupal y miembro de la comunidad de Alcohólicos Anónimos en Veracruz.
Agregó que cientos de miembros de AA se integran en más de 200 grupos, que hay en la zona, con el único fin de recibir a las personas que no pueden controlar "sus copas".
“El único requisito para que le funcione el programa es que el alcohólico tenga el deseo de dejar de beber, muchas veces la mamá, la esposa, los hijos quieren que su familiar vaya al grupo. Pero no funciona porque la persona que está bebiendo perdió su voluntad, ya que esta enfermedad es mental”, aseveró.
Dijo que las personas interesadas en asistir a un grupo pueden llamar a una oficina de Paso Doce y trasmisión del mensaje en la línea de atención: 229 932 58 80 las 24 horas o pueden acudir a las oficinas ubicadas en Ocampo número 234, despacho 124, en el Edificio Centro Comercial de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas y los sábados de 10:00 a 14:00 horas.
El coordinador, recordó que hace 87 años que Alcohólicos Anónimos nació, tuvo su comienzo en Akron, en Estados Unidos, en 1935, cuando un hombre de negocios de Nueva York, Bill WW., quien había conseguido permanecer sin beber, por primera vez, tras haberlo intentado en varias ocasiones durante varios años, buscó a otro alcohólico para compartir con él sus experiencias en un esfuerzo por superar un mal momento que estaba atravesando y que temía que lo llevase a una recaída.
“Durante los escasos meses de su recién adquirida sobriedad, este alcohólico de Nueva York había observado que sus deseos de beber disminuían cuando trataba de ayudar a otras personas con su misma adicción a permanecer sobrios”, relató.
Luego lo pusieron en contacto con el Doctor Bob S. que tenía problemas con la bebida.
“Trabajando juntos, el hombre de negocios y el médico descubrieron que su capacidad para permanecer sobrios estaba muy relacionada con la ayuda y estímulo que ellos pudieran dar a otros alcohólicos. Así como compartir entre ellos su experiencia, y ahí se sentaron las bases”, indicó.
Sin embargo, fue hasta 1939, con la publicación del libro “Alcohólicos Anónimos”, del que la comunidad tomó su nombre, y con la ayuda de amigos no alcohólicos, “AA” empezó a llamar la atención con su programa, extendiéndose rápidamente, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, luego de una publicación del periodista Jack Alexander.