Veracruz | 2023-06-30
La esclerosis sistémica o esclerodermia es una enfermedad rara que cada año afecta a más personas y todo hace indicar que va en aumento, con alrededor de 2 millones de personas que la padecen en el mundo, quienes pasan de la discapacidad a la muerte.
Una de sus características es su capacidad para generar discapacidad y muerte prematura; y es más frecuente en mujeres de entre 30 y 50 años de edad.
Entre los síntomas están el endurecimiento de la piel, dolor en articulaciones, males gastrointestinales, entumecimiento, inflamación y cambios en el color de la piel de los dedos de manos y pies.
No es todo. Otros síntomas son afectaciones en músculos, articulaciones, corazón, pulmones y pulmones.
La doctora Natllely Itzel Ruiz Gómez, especialista en reumatología y miembro del Colegio Mexicano de Reumatología, recalcó que es una enfermedad incurable, incapacitante y potencialmente mortal, además de autoinmune.
Otra manifestación es la inflamación crónica que lleva al endurecimiento y engrosamiento de la piel, tejidos y órganos, debido a un proceso anormal de cicatrización (fibrosis) y acumulación de exceso de colágeno.
Cerca del 70 por ciento de las personas con esclerodermia desarrollará Enfermedad Pulmonar Intersticial (EPI), condición que genera fibrosis pulmonar, cuya consecuencia es la pérdida de la función pulmonar que se manifiesta con dificultad para respirar, tos seca y crónica, fatiga y limitación al ejercicio.
En etapas más graves el paciente requerirá oxígeno suplementario durante las 24 horas del día, vendrá el deterioro en su calidad de vida y la mortalidad temprana.
El proceso puede tardar años en algunos casos.
La Doctora Berenice López, gerente de Asuntos Médicos de una firma para México, Centroamérica y el Caribe, hizo hincapié en que desde el año 2021 la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó en México el uso del antifibrótico pulmonar para el tratamiento de la enfermedad pulmonar intersticial, asociada a la esclerosis sistémica, que puede ralentizar la progresión de esa enfermedad, mejorar su calidad de vida y disminuir la tasa de exacerbaciones.