Veracruz | 2024-04-17
San Sebastián protegió a Veracruz de la peste, y es el santo patrono de los pescadores, soldados y atletas, muy querido por todos, inclusive en la Catedral de Veracruz existen dos imágenes de este santo.
Hasta mediados del siglo XIX, se tenía la costumbre de sacar la imagen de este mártir a las calles más conocidas del puerto de Veracruz para realizar una procesión.
Por eso este miércoles 17 de abril sorprendió el robo de la imagen de este santo en el muelle de los pescadores en Veracruz, en donde le tenían un pequeño nicho que era visitado por muchos fieles, a parte de los pescadores.
San Sebastián nació en el año 256 en Roma, Italia, su nombre quiere decir "Digno de respetar, venerable". Fue un militar sobresaliente y jefe de la guardia imperial romana durante el gobierno del emperador Diocleciano, quien fue el autor de la llamada ´Gran Persecución´, que se trató de la última y más sangrienta guerra en contra de los cristianos.
Sebastián, a pesar de ser un militar, sentía gran devoción por la religión cristiana e incluso se encargó de proteger a los fieles que iban cayendo durante la batalla antes mencionada, sin embargo, su fe siempre fue un secreto, hasta que un día fue traicionado y terriblemente señalado.
Diocleciano y Maximino, las máximas autoridades de esa época, le ofrecieron a San Sebastián otorgarle su perdón, pero a cambio debía renunciar a su fe cristiana.
Él no aceptó, por lo tanto, fue retirado de su cargo y lo condenaron a muerte. El día de su ejecución, lo ataron a un árbol y le comenzaron a disparar varias flechas, las cuales hirieron varias partes de su cuerpo.
Más tarde, cuando lo daban por muerto, varias de las personas a las que había ayudado retiraron su cuerpo del árbol y lo llevaron a la casa de una creyente.
Para su sorpresa, San Sebastián continuaba con vida. Una cristiana llamada Irene se encargó de curar las heridas provocadas por las flechas. Sus conocidos le dijeron que debía irse de Roma si quería sobrevivir, pero él no aceptó, pues deseaba seguir venerando a Cristo.
Se presentó con el emperador, quien creía que había muerto y ese fue el fin del mártir. Maximino lo mandó a matar por varios soldados. Fue sepultado en la Vía Apia, en unas catacumbas.
San Sebastián fue la imagen que salvó a los veracruzanos de la peste en el siglo XVI (cuando Veracruz estaba amurallado), pues los habitantes se encargaron de invocarlo y pedir por su existencia. Debido a lo anterior, fue nombrado el Santo Patrono de las tierras veracruzanas.