Veracruz | 2024-10-30
De generación en generación se han dado a conocer muchas leyendas sobre seres o criaturas que viven entre nosotros, en todas las culturas pasa lo mismo, pero con diferente nombre, duendes, gnomos, elfos, y en nuestro México mágico, los chaneques.
Veracruz está lleno de estas narrativas, y en la región de Los Tuxtlas predominan aún más, y es bastante común que los abuelos hayan contado varias de estas historias en donde el papel principal sean los traviesos chaneques.
El término chaneque, al menos en la región de Los Tuxtlas (Santiago, San Andrés Tuxtla, Catemaco y Hueyapan de Ocampo) se refiere a dos grupos de entidades asociadas al bien y al mal, subordinadas al mando del Chane o Chaneco, dios de la tierra y del agua, el mundo subterráneo, donde la naturaleza es pródiga.
A través de los años, cientos de relatos se cuentan sobre los chaneques, y es que Veracruz es uno de los sitios con más protagonismo en la historia de nuestro país, y en cuanto a criaturas mágicas y apariciones no podía quedar atrás.
Las leyendas describen a los chaneques como pequeños espíritus traviesos con aspecto de niño que esconden cosas, se le aparecen a las personas y en ocasiones hasta las pierden.
Esta historia ocurrió en San Andrés Tuxtla, al sur del estado Veracruz, y fue entre el año 1994-1996. Era época de lluvias, y el Grupo Scout de la ciudad organizaba un campamento regional, es decir, algunos municipios se unían a este evento.
Bajo los mangales, en un terreno amplio muy cercano a Sihuapan, se instalaron varios campamentos donde niños y jóvenes aquel día se encerraron por las lluvias, otros, se dedicaban a refozar las casas de campaña, a proteger la leña o a realizar canales en la tierra para desviar el agua.
El sonido de la lluvia, los relámpagos y la caída de algunas ramas de los árboles de mango se mezclaban con el ruido del agua que corría aprisa a unos metros del lugar.
Cabe destacar que en los Scouts los más pequeños, niños y niñas de 6 hasta 12 años son llamados Lobatos y Gacelas, y por su edad, son a los que más se protegen cuando hay este tipo de eventos la aire libre.
Esa vez sorprendió mucho cuando uno de los dirigentes acudió al campamento general, donde se encuentran los jefes de secciones como Lobatos, Gacelas, Tropas y Expedicionarios para reclamar el por qué todos los "lobatos" (los niños más pequeños) se encontraban desnudos jugando y revolcándose en el lodo...
El líder de los Lobatos se extrañó por el reclamo y llevó a la persona al campamento de los niños, donde todos dormían a pierna suelta en sus casas de campaña.
- ¿Entonces esos niños, quiénes son? ¡Están jugando a la orilla del río! ¡Uno hasta me tomó la mano para jugar con ellos!.
El dirigente, que era de Acayucan, llevó a todos los jefes al lugar, encontrando solo un gran lodazal, por su puesto, él jamás había escuchado hablar de los chaneques pero ese día casi fallece del gran susto al haber sido testigo de estos seres mágicos que habitan.