| 2024-11-06
Mis cuates y hermanos jarochos, hoy los saludo con desconcierto y coraje, porque vea usted lo que hacen con las calles algunas personas.
Fíjense que en estos días caminaba su servidor El Justiciero por la calle Mario Molina en sentido poniente a oriente y al llegar a la esquina con Pino Suárez me topé con un agujero que no era un hoyito precisamente, sino un boquetón que parecía más un socavón que otra cosa.
Y como el amigo de ustedes no se queda con la duda, le pregunté a dos hombres que estaban ahí de qué se trataba.
Sin entrar en detalles dijeron que era un trabajo y negaron que se haya registrado un socavón.
Uno de ellos dijo que el boquete no se hizo solito, sino que abrieron para hacer unas cosas, sin precisar cuáles.
Lo cierto, mis brothers, es que a ojo de buen cubero sí se le calculaba una profundidad de un metro o más, en esa calle que es muy transitada porque conduce al Zócalo de Veracruz y por ahí circulan autobuses locales de la ruta Vergel Chivería.
El Justiciero no entró en polémica con ellos y los dejó ahí, con la calle Mario Molina abierta sobre su lado derecho.
Pero no deben olvidar que es la vía pública, que es de todos.
Hay que aclarar que el tránsito vehicular no está interrumpido y es posible pasar en vehículo por ahí.
La bronca cuando rompen las banquetas es que después ya no las dejan exactamente como estaban.
Así que buzos mis cuates jarochos cuando caminen por las calles de nuestro hermoso Veracruz, para no llevarse un susto por ir distraídos.
Luego no digan que El Justiciero no les previene ante posibles riesgos.
Se despide de ustedes su amigo El Justiciero.