Veracruz | 2022-11-02
Los difuntos ya esos no hacen nada, hacen los que andan caminando todavía, expresó Don Delfino Ortega Castillo, quien desde pequeño está familiarizado con las tumbas y las actividades que se realizan en el Panteón Jardín de Veracruz.
Don Delfino tiene 72 años, le sabe a la albañilería, pero siempre ha trabajado en panteones, sigue acudiendo al Panteón Jardín Veracruzano donde realiza limpieza de tumbas, exhumaciones y entierros.
Relata que desde niño está familiarizado con los panteones, sus papás trabajaban en la limpieza del Panteón Particular, lugar al que lo llevaban.
Al Panteón Jardín Veracruzano llegó en los años 60 cuando fue abierto y sus papás se cambiaron a este camposanto, comenta que desde "chamaco" ha trabajado ahí.
"De ahí los pasaron para acá que necesitaban gente para la limpieza de la oficina y tres trabajadores para la limpieza del panteón, y ahí yo de chamaco me colé para acá, ya no me fui para otro lado y aquí estoy, aquí me casé, mis hijos, hice mi casa y aquí estaré porque ya para dónde jalo. Ya aquí me muero y aquí me entierran porque ya tengo por allá un hijo (sepultado) y tengo cuatro terrenos".
El haber convivido desde niño en los pasillos de los cementerios, lo hizo ver con normalidad este ambiente.
-¿Ha tenido alguna experiencia paranomal?
-"No, antes en Todos Santos aquí nos quedábamos y andábamos en la noche trabajando todavía. Ya los difuntos que están abajo, ya esos no hacen nada, hacen los que andan caminando todavía, pero los que están abajo ya jamás vuelven a salir hasta que los saquen que vuelvan a enterrar a otra persona".
Comparte que de este trabajo logró mantener a su esposa y tres hijos, de los cuales uno siguió este oficio.
"Aquí trabaja, aquí le va bien a uno, no crea que porque es panteón no hay dinero, no aquí hay bastante dinero. Aquí hay bastante dinero, de una cosa u otra, por ejemplo, una lata de agua un cubo, cuánto vale, 10 pesos, te vendes unos 20 cubos de agua ¿cuánto saco?, y así hay unos que venden el agua y otros no, pero aquí ya tenemos oficio todos, para sacar muertos y meter".
Don Delfino sigue acudiendo a trabajar, aunque reconoce ya no con la misma carga que antes, pues solo acude unas horas debido a su edad.
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