Niños del Hospital Infantil de Veracruz tocan la campana tras vencer el cáncer

En el Hospital Infantil de Veracruz, dos niños celebran su victoria contra el cáncer tocando la campana

Veracruz | 2024-07-23

En el Hospital Infantil de Veracruz, dos pequeños héroes han logrado tocar la campana en lo que va 2024, símbolo de su victoria sobre el cáncer tras una larga y tortuosa lucha de la cuál finalmente ven el final.

Cora de Jesús Rodríguez, vocera de los padres de niños con cáncer, destacó la importancia de este logro: "Sí tenemos niños que han tocado la campana, gracias a Dios. Para nosotros, esto es algo que nos enorgullece". El acto de tocar la campana no solo marca el fin del tratamiento, sino también un nuevo comienzo.

Tocar la campana es una tradición en muchos hospitales del mundo, simbolizando la finalización exitosa del tratamiento contra el cáncer. Este acto celebra la valentía de los pacientes y el esfuerzo colectivo de médicos, enfermeras y familiares.

Deimy Aylin González: Una guerrera de 17 años

El pasado 23 de mayo, la joven guerrera Deimy Aylin González, de 17 años, tocó la campana después de tres años y dos meses de lucha contra la leucemia linfoblástica aguda.

Su madre, Sara González Hernández, compartió la travesía de su familia: "Es algo complicado que no le deseamos a nadie. Saber que mi hija tenía cáncer cambió nuestras vidas por completo".

Deimy y su familia viajaban cada semana desde Mecayapan al puerto de Veracruz, enfrentando innumerables desafíos, pero nunca perdieron la fe. "Los tratamientos no fueron fáciles, pero nunca nos rendimos. Gracias a AMANC y al hospital, hoy podemos celebrar", comentó Deimy con una sonrisa.

Andrés Manuel Castellanos: Una historia de resiliencia

Otro ejemplo inspirador es el de Andrés Manuel Castellanos, un niño de cinco años que, después de tres años y cuatro meses de tratamiento, finalmente tocó la campana.

Su madre, Juana Morales Camacho, recordó los difíciles momentos vividos: "Fue un proceso complicado porque es madre soltera y tuvo que dejar su casa para acompañar a su hijo en las 120 quimioterapias".

A pesar de las dificultades, Juana expresó su alegría: "Se acabaron los piquetes, los dolores y los malestares. Andrés podrá llevar una vida normal como cualquier niño".

Luchando juntos por la vida

Cora de Jesús Rodríguez enfatizó que estos logros no serían posibles sin la lucha incansable de las madres y el apoyo de organizaciones como AMANC: "Hicimos un trabajo todas juntas y se ve reflejado en nuestros niños. Cada campana que suena es una victoria para todos".

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