Veracruz | 2022-09-11
Aunque actualmente la isla de sacrificios se encuentra cerrada al público, hace muchos años presenció decenas de hechos históricos.
Entre algunos se destaca el arribo de los franceses, la intervención norteamericana, era utilizada como cuarentenario, etcétera.
Pero además, cuenta la historia que la Isla de Sacrificios también fue ocupada por el pirata Lorencillo.
Veracruz tenía una muralla para contener los ataques extranjeros y de la piratería, pero el muro que rodeó la ciudad hasta finales del siglo XVIII no detuvo ninguna de las dos cosas. Los habitantes de la ciudad pensaron que los buques piratas eran en realidad, barcos cargados de peninsulares. Así que los mercaderes y tenderos se prepararon para recibir a los tripulantes.
Los 12 buques piratas no desembarcaron y fondearon cerca de la orilla. La población de Veracruz un tanto desconcertada se fue a dormir. A pocos kilómetros del puerto, lo que ahora es la playa de Mocambo, los piratas desembarcaron y atravesaron la muralla de la ciudad el 17 de mayo de 1683.
Lorencillo, acompañado de otros famosos rufianes como Francisco de Grammont y Van Horn dirigió a más de mil hombres para atacar y tomar el Puerto de Veracruz.
Tras el ataque, la mayoría de los habitantes fueron despertados a cañonazos. Mientras que las guarniciones de españoles en San Juan de Ulúa, brillaron por su ausencia durante la ocupación.
El gobernador, la gente adinerada, frailes y clérigos fueron llevados por los piratas encabezados por Lorencillo a la Isla de Sacrificios, ubicada a algunos kilómetros del puerto. Allí fueron oprimidos mientras se pidió un rescate de 150 mil pesos de plata para su liberación.
Fue hasta el 21 de mayo cuando las autoridades virreinales se enteraron de lo sucedido. Aproximadamente 2 mil hombres se reunieron con todo y caballería para atacar. El Conde de Santiago, en aventura quijotesca dirigió la expedición que llegó demasiado tarde al puerto, pues para ese momento los buques piratas ya estaban en altamar.
Cuenta la historia que Lorencillo salió con rumbo a los Tuxtlas por lo que en México sobrevive la leyenda sobre los tesoros de él. Dicen que en el municipio de San Andrés Tuxtla, justo Roca Partida, se encuentra el viejo escondite de los tesoros del bucanero.
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