Veracruz | 2020-08-20 | Heladio Castro
La federación debe reforzar la seguridad en el litoral de Veracruz para evitar que una oleada de piratas desde la Sonda de Campeche a esta región dispare los atracos a buques mercantes y petroleros, alertó Enrique Lozano Díaz, inspector de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte.
Dijo que ante los asaltos armados en plataformas petroleras, buques y hasta lanchas de pescadores en la Sonda de Campeche, que ya eran escandalosas por la frecuencia y la violencia con que se cometían, la Secretaría de Marina tomó acciones.
Con la Operación Refuerzo Sonda se dio atención y vigilancia a los litorales y en el Golfo de México se puso énfasis en las enormes plataformas donde hay pozos petroleros y llegan buques-cisterna, lo que implica la presencia de cientos de trabajadores que son asaltados por las bandas delincuenciales, explicó.
Atacan de noche, valiéndose del factor sorpresa y de que los trabajadores no andan armados, les roban su dinero y pertenencias, situación que por lo cotidiana ya parecía no preocupar a nadie, excepto a las víctimas, y de allí la importancia de las medidas emprendidas por la autoridad federal, dijo.
No sólo van por las carteras y teléfonos móviles de los trabajadores de plataformas y tripulación de buques, sino por combustible, mercancía, equipos y todo lo que les resulte redituable.
El problema es que al ahuyentarlos de las aguas campechanas y tabasqueñas, se produce lo que se ha dado en llamar ‘efecto cucaracha’, o dispersión de los delincuentes hacia nuevos puntos, porque no están dispuestos a perder su jugoso negocio.
Y ese inminente destino parecen ser los litorales del estado de Veracruz, desde Tuxpan hasta Coatzacoalcos, con otro elemento: los puertos y buques mercantes, ya no sólo los petroleros, advirtió el inspector ITF:
“No sería igual que la Sonda de Campeche, pero sí hay barcos que fondean para esperar muelle, como sucede aquí en Veracruz, que he visto hasta una docena de barcos afuera, esperando; a ésos podrían atracar, no sólo a plataformas petroleras sino a buques mercantes en general. Y hay petroleros chicos, como en el caso del último en Coatzacoalcos.
“Podrían desplazarse a Tuxpan, ahí hay más plataformas porque es zona petrolera y pasan combustible a través de líneas submarinas, mangueras: el barco no entra, queda afuera, se conecta con monoboya, con manguera, descarga directo hasta las terminales de Pemex. Ahí sí puede haber más riesgo porque más barcos de ese tipo quedan inmóviles trasegando combustible”, explicó Lozano Díaz.
Recalcó que la federación debe garantizar el equipamiento necesario y con la mejor tecnología para el patrullaje y defensa en las aguas nacionales pues las bandas de altamar no son rateros comunes, sino piezas de organizaciones de alta peligrosidad, y así lo evidencia su modus operandi.
Insistió en que aprovechan el factor sorpresa y por ello los buques fondeados cerca del puerto o fuera de los muelles son muy vulnerables allá en la lejanía y sin vigilancia.
“Se corre el riesgo de que esto se desplace a puertos no necesariamente petroleros, como Veracruz; pueden atacar hasta a barcos que estén fondeados, y en lo que tarda en reaccionar la tripulación puede ser demasiado tarde.
“Un barco para ponerlo en marcha cuando está anclado no es inmediatamente, tienen que arrancar la máquina, darle un tiempo como a un automóvil, tirar ancla, y eso tarda unos 20 minutos por lo menos”, indicó Lozano.