Veracruz | 2022-10-27
La autoridad municipal porteña debe aprovechar que la ciudadanía está ocupando parte de su tiempo en la organización del altar para sus seres queridos, para arreglar las denuncias que siguen “colgando” en la extensa lista de pendientes, y no debe quedarse atrás si quieren cerrar el último bimestre del año con éxito.
Sus labores pueden empezar en las esquinas de las avenidas Miguel Alemán y Alacio Pérez, donde los jarochos manifiestan su preocupación debido a un par de registros en pésimas condiciones a los que se debe meter mano antes de que ocurran accidentes severos.
En el primer extremo de la acera se puede ver que el registro está dañado al igual que la tapa, y ha ido en aumento por las fechas y puentes vacacionales, la intervención de la autoridad municipal será vital para evitar situaciones como las mencionadas, así como percances a los transeúntes.
Desde hace varios meses, los jarochos de este punto han tratado de recibir respuesta del Ayuntamiento de Veracruz, acción que ha quedado solamente como intento, pues no se les ha tomado en cuenta a pesar de haber avisado puntualmente a la instancia competente.
Más problemas
Por otra parte, del otro lado de la banqueta hay un tragatormentas incompleto en el que se ha colocado una llanta forrada con cinta amarilla preventiva que ha cumplido fielmente su objetivo, ayudar a los ciudadanos a no “partirse la figura”.
Sin embargo, ambas situaciones se pueden descontrolar próximamente y ya existe indicios de ello. Prueba factible es la basura que se aloja al interior de los registros, los cuales obstruyen el flujo de los canales residuales y/o pluviales.
Igualmente, de manera anónima, los vecinos y trabajadores de la cuadra hacen hincapié en los accidentes que se pueden generar a raíz de estos, quedando vehículos atorados o jarochos tropezando y, en el peor de los escenarios, cayendo al interior de los registros.
De acuerdo con los vecinos, ambas problemáticas reúnen casi un año y medio de no ser atendidos. Es preciso aclarar que, en cuanto a la rejilla metálica ausente, no se encontraba fracturada, sino que fue desaparecida de un día para otro por la “flota” que acostumbra vender por kilo dicho material.