Veracruz | 2024-07-31
La historia del veracruzano Néstor Valenzuela es digna de una serie de Netflix. A los 18 años de edad se enfrentó a un monstruo de casi tres metros que ni siquiera sabía que existía, salió de las profundidades en la playa Villa del Mar en Veracruz para quitarle un brazo y una pierna pero no su vida, pues eso ocurrió 62 años después de esa hazaña.
El señor Néstor falleció el pasado 27 de julio en este puerto de Veracruz, y unos días antes de su partida, a los 81 años de edad, aun narraba como si fuera ayer aquel brutal ataque de un tiburón Limón.
Néstor Valenzuela estuvo algún tiempo hospitalizado pero después se repuso y retomó su empleo y su vida, por lo que su familia y amigos dicen que es un ejemplo de superación.
Un sábado caluroso el joven Néstor salió de su trabajo, en el Hospital Infantil de Veracruz y se dirigió a la playa de Villa del Mar, en ese lugar, completamente solo, se metió al mar para disfrurar de las cálidas aguas del Golfo de México pero fue interrumpido violentamente por un tiburón de casi tres metros.
Minutos antes, Néstor recuerda que se cortó a la altura de la rodilla con una concha, la sangre que escurría en su pierna pudo haber atraído al gigantesco animal.
A sus 81 años todavía recordaba el suceso como si hubiera sido ayer, narró que el tiburón le arrancó el brazo izquierdo y fue auxiliado por dos bañistas que después sabría se trataría de los hermanos Arturo y Pepe Ponce.
El tiburón atacó y atacó: "Se metieron a sacarme y ese animal no paraba hasta que me quitó la pierna (izquierda); así que perdí la pierna y el brazo en ese feroz ataque".
Después de despertar en un hospital, se enteró de muchas cosas, por ejemplo que el animal que lo atacó se trataba de un tiburón, pues él nunca los había visto, ni siquiera los conocía.
Se trató de un tiburón Limón de 2.70 metros, lo supo porque la historia corrió como pólvora y los pescadores se lanzaron al mar para atraparlo, la foto de ese monstruo salió en los periódicos de la época.
Cuentan que después de ese día, don Néstor Valenzuela no volvió a visitar la playa de Villa del Mar, ni a meterse por temor a sus cálidas aguas, hasta la edad adulta, cuando fue invitado, sabiendo su historia, al Acuario de Veracruz para alimentar a los tiburones.
"Me invitaron a entrar a la jaula de los tiburones, acepté, fui y me sentí muy bien al alimentar a los tiburones", tal pareciera que don Néstor hizo las paces antes de morir con ese gigantesco animal.