¿En qué problemas legales se pueden meter los veterinarios y cómo protegerse?

Desde diagnósticos erróneos hasta problemas con normativas, así puedes evitar sanciones y demandas en la veterinaria.

Veracruz | 2025-02-11

Ser veterinario no es solo atender a perros y gatos con amor. Esta profesión implica una serie de riesgos que muchos no ven venir hasta que es demasiado tarde.

Desde errores en tratamientos hasta conflictos con dueños de mascotas, los tropiezos pueden desembocar en demandas, sanciones o incluso el cierre de una clínica.

Pero ¿cómo prevenirlo? Aquí desglosamos los problemas más frecuentes y cómo evitarlos antes de que se conviertan en una pesadilla.

La negligencia: el peor enemigo del veterinario

Uno de los mayores peligros en la práctica veterinaria es ser acusado de negligencia. Si un dueño considera que su mascota no recibió el cuidado adecuado o que un tratamiento agravó su estado, las repercusiones pueden ser graves. Los errores más comunes incluyen:

  1. Diagnósticos incorrectos que retrasan la recuperación del animal.
  2. Falta de consentimiento informado, donde el dueño no sabía los riesgos de un procedimiento.
  3. Tratamientos inadecuados o mal administrados, que pueden causar complicaciones o incluso la muerte del animal.

¿Cómo evitar problemas?

La documentación detallada y la prevención son la mejor defensa contra demandas y conflictos.

Las quejas de clientes: más peligrosas de lo que parecen

No todos los problemas vienen de errores médicos. A veces, los conflictos surgen por malentendidos, expectativas poco realistas o incluso clientes problemáticos. Situaciones comunes incluyen:

  1. Quejas sobre precios, donde el dueño siente que se le cobró de más.
  2. Resultados diferentes a lo esperado, lo que genera desconfianza en el veterinario.
  3. Falta de explicaciones claras, lo que deja al cliente con dudas y enojo.

¿Cómo manejarlo sin escalar a problemas legales?

Una comunicación clara con los clientes evita quejas y problemas legales en la veterinaria.

El marco legal: las reglas cambian y no saberlas no es excusa

Cada año pueden surgir nuevas leyes y regulaciones que afectan la práctica veterinaria. No estar informado puede traer multas, sanciones o incluso la pérdida del permiso de operación. En México, algunas normativas clave incluyen:

  1. La Ley Federal de Sanidad Animal, que establece requisitos para la práctica veterinaria.
  2. Leyes locales de bienestar animal, que pueden imponer nuevas obligaciones sobre cómo atender a los pacientes.
  3. Normas sobre manejo de medicamentos y desechos biológicos, que deben seguirse al pie de la letra.

¿Cómo evitar problemas con la ley?

Los veterinarios deben estar al tanto de las leyes para evitar sanciones y pérdidas económicas.

Accidentes en la clínica: cuando el problema no es el paciente

A veces, el peligro no está en los tratamientos, sino en el entorno. Si un cliente o empleado se accidenta dentro del consultorio, el veterinario puede ser responsable. Algunos riesgos incluyen:

  1. Animales agresivos que atacan a otros pacientes o a personas.
  2. Caídas o accidentes dentro del establecimiento.
  3. Fugas o pérdidas de mascotas bajo resguardo.

¿Cómo reducir estos riesgos?

La veterinaria no es solo una cuestión de conocimientos médicos, también es una profesión con riesgos legales constantes. Un descuido, una mala comunicación o la falta de actualización pueden terminar en demandas, sanciones o pérdidas económicas. La clave está en ser precavido, mantenerse informado y contar con respaldo legal.

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