Veracruz | 2025-06-04
Tras las pasadas elecciones municipales del 1 de junio de 2025 en Veracruz, múltiples partidos han expresado sus quejas por resultados. Ya sea por irregularidades en distintos ayuntamientos o por el ajustado margen de victoria de algunos candidatos, se ha solicitado un recuento de votos.
Este proceso —frecuentemente llamado "voto por voto, casilla por casilla"— no es tan sencillo como volver a contar los sufragios. Tiene reglas, límites y circunstancias específicas en las que puede llevarse a cabo.
A veces el margen entre el primero y el segundo lugar es tan pequeño, que un error mínimo en una suma o una boleta mal contabilizada podría cambiar el resultado. Frente a eso, la ley contempla abrir los paquetes y contar nuevamente, uno a uno, los sufragios depositados en las urnas. No es una decisión arbitraria, se activa sólo si se cumplen ciertas condiciones.
Existen al menos cinco escenarios definidos por la legislación electoral en los que un recuento puede ser autorizado:
El procedimiento, aunque técnico, se realiza bajo la mirada de muchos. Personal del INE o del OPLE, dependiendo del tipo de elección, abre los paquetes ante los representantes de los partidos.
Se extraen las boletas y se vuelve a contar, voto por voto. Si hay dudas, se discute. Todo se anota en nuevas actas. Si un partido aún no está conforme, puede impugnar ante el Tribunal Electoral.
En Boca del Río, por ejemplo, Morena pidió revisar 146 paquetes con supuestas irregularidades. El margen entre las candidatas, según cifras iniciales, fue de 1.3%. Eso no permite, en principio, abrir todos los paquetes. Pero si tras este primer conteo parcial la diferencia baja del 1%, entonces sí podría proceder un recuento completo.
Esteban Ramírez Zepeta, dirigente de Morena en Veracruz, declaró que agotarán las vías legales si detectan anomalías suficientes. Situaciones similares se reportan en otros municipios como Papantla, Alvarado y Poza Rica.
El recuento permite corregir fallas, pero también tranquiliza a los actores políticos. Reforzar la confianza en el sistema electoral es una necesidad democrática. Si no se garantizan procesos limpios, el voto pierde peso. Y sin voto limpio, la democracia se desgasta.