Alvarado | 2022-08-26
El municipio de Alvarado se encuentra a escasos 60 kilómetros del puerto de Veracruz.
Alvarado es una ciudad famosa por su ambiente, gente amistosa donde las “leperadas” son parte del folclore que los distingue.
Desde hace unos meses, personas de diversos puntos del país y extranjeros han puesto ahí sus miradas, luego de que el lugar se hiciera famoso como el que alberga al Capri, el “barco fantasma”.
El barco Enchanted Capri tiene bandera de Rusia, llegó a aguas veracruzanas con la finalidad de ser desmantelado en el astillero de la ciudad de Coatzacoalcos, pero cambiaron sus planes y tenía que llegar al Puerto de Tampico.
Sin embargo, no pudo culminar este viaje al ser embestido por fuertes rachas de viento debido a un temporal.
El fenómeno meteorológico ocurrido en 2020 provocó que el barco terminara encallando en las playas de La Trocha.
Antes de convertirse en el "barco fantasma", el Enchanted Capri funcionó como ferry para la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), como crucero para Estados Unidos, y finalmente como barco hotel para los trabajadores de la sonda petrolera del estado de Campeche.
Hoy, el Enchanted Capri es un escenario digno de película de terror, con una enorme grieta que lo está partiendo por mitad, cada que el mar embravecido lo embiste con todas sus fuerzas.
Al arribar, el olor a aceite domina la escena y una oscuridad que abruma en las partes bajas.
Al ir subiendo llegas al área de camarotes, donde aún se pueden observar colchones, maletas, secadoras de cabello y uno que otro artículo de aseo personal.
Una enorme sala que fungía como casino, área de restaurante, gimnasio, así como un helipuerto, por mencionar algunos detalles, llamando la atención un nicho a la Virgen de Guadalupe, que parecía recibir mantenimiento constante y no encaja con todo el entorno de devastación.
Para llegar al Enchanted Capri, son más de 3 kilómetros los que se tienen que caminar a la orilla de la playa. No pueden acceder vehículos, solo bicicletas y -en algunas zonas- motocicletas.
En la embarcación, se pueden observar trabajadores que, por orden de una compañía naviera, realizan trabajos para desmantelar el barco, pero a pesar de ser un grupo numeroso, es muy poco lo que han logrado avanzar.
Luis Zamudio lleva dos años de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde caminado con el sol a plomo, para desprender chatarra de la impresionante embarcación.
De un tiempo para acá llegan curiosos y ya hasta lo promocionan como el barco fantasma, lo que lo hace atractivo a quienes no están familiarizados con los barcos.
/pn