Veracruz - Boca del Río | 2025-03-24
Disfrutar de un día en la playa suena como el plan perfecto para quienes visitan Veracruz y Boca del Río durante las vacaciones de Semana Santa. Pero antes de extender la toalla o meterse al mar, muchos turistas se enfrentan a una sorpresa no tan agradable: el costo por rentar una sombrilla con sillas puede llegar hasta los 300 pesos.
Este precio, aunque parece ya ser común durante la temporada alta, ha generado diversas reacciones. Y es que, según testimonios recogidos entre turistas provenientes de distintos estados, el mismo servicio ha llegado a costar entre 50 y 100 pesos en otras épocas del año, o incluso menos en otros destinos turísticos.
En la mayoría de los casos, los prestadores de servicios —conocidos popularmente como palaperos— ofrecen una mesa con cuatro sillas y una sombrilla que brinda sombra frente al mar. En otras ocasiones, la oferta incluye únicamente la sombrilla y dos sillas, lo cual también puede influir en el precio.
El problema no es solo el monto, sino también la falta de claridad o variabilidad en los precios. Algunos turistas reportaron que primero se les ofreció una tarifa más baja y, al momento de cerrar el trato, el costo se duplicó sin explicación.
Esta polémica práctica ha dejado a varios visitantes con una mala impresión del puerto, especialmente cuando el costo final no coincide con lo mostrado inicialmente en la carta de precios.
Los prestadores de servicios tienen derecho a fijar sus tarifas, pero están obligados a mostrar los precios de forma clara y sin engaños, especialmente cuando se trata de bienes y servicios turísticos. Los consumidores pueden reportar abusos ante la Profeco, que tiene facultades para intervenir en estos casos.
Una recomendación útil para los visitantes es preguntar el precio por adelantado, confirmar qué incluye el servicio y solicitar que todo quede claro antes de ocupar el espacio.
También es válido comparar con otras palapas o negocios en la zona, ya que algunos manejan precios más accesibles o incluso ofrecen sombrillas sin costo adicional si se realiza consumo en el lugar.
"Nos sorprendió el costo tan alto. En Semana Santa pagamos 70 pesos por lo mismo", dijo una visitante originaria de la Ciudad de México. Por su parte, otro turista comentó que el problema no fue tanto el precio sino que "primero nos dijeron que costaba cien, pero al regresar nos lo subieron a 300 pesos".
Más allá de la queja, este tipo de experiencias afectan la percepción general del destino, haciendo que algunos visitantes consideren no volver o no recomendarlo a otras personas.