Veracruz - Boca del Río | 2025-03-21
La silueta de un robot sale de la cocina con charolas de platillos y atrae la atención de los comensales, con música de jarana que suena desde sus bocinas y un rostro que muestra gestos amigables desde su monitor.
Es Tilingo, el robot que fue incorporado como mesero en el restaurante Tilingolingo de Boca del Río y que ha transformado la experiencia gastronómica de sus clientes.
Esta apuesta tecnológica es el futuro en el servicio de los restaurantes porque no solo agiliza el servicio, sino que también cautiva a niños y adultos, quienes disfrutan interactuando con el simpático autómata.
El chef Jesús Velázquez, propietario de Tilingolingo, explicó que la idea surgió durante la pandemia de covid-19, cuando la escasez de personal obligó a innovar.
"Implementamos el robot como un plan B, ya que la mano de obra era difícil de conseguir. A diferencia de los empleados, el robot no se enferma ni falta, lo que nos garantiza una operación continua", relató.
El robot, bautizado como Tilingo, fue pedido hace dos años a la empresa que los fabrica en Corea, pero llegó hace seis meses.
Su función principal es auxiliar a los meseros: transporta platillos desde la cocina hasta las mesas o la barra, lo que optimiza la eficiencia del servicio. "No desplaza la mano de obra humana, solo la complementa para que los meseros estén más cómodos y sean más rápidos", aclaró Velázquez.
Más allá de su funcionalidad, Tilingo se ha convertido en una atracción para los comensales, especialmente para los niños, que disfrutan tomándose fotos y grabando videos para compartir en redes sociales.
Está diseñado con una pantalla y sonidos que permiten dar calidez al cliente. Un rostro de gato que cambia y hace sonidos cuando se le acaricia, además de conversar y cantar las mañanitas a los cumpleañeros.
Para que pueda recorrer el restaurante que cuenta en la planta baja con un área privada y una amplia terraza con vista al mar de Boca del Río, el robot fue programado con las ubicaciones de las mesas, lo que le facilita desplazarse desde la cocina, pasando por el lobby, hasta donde están los comensales para llevarles sus platillos.
En caso de que alguna persona cruce por su camino, tiene sensores de movimiento que le permiten cambiar su trayectoria de manera inmediata para esquivar el obstáculo o incluso hacer un alto total para evitar más complicaciones.
El mantenimiento no es costoso, ya que únicamente requiere de ser limpiado en cada jornada de trabajo o antes si se requiere por el salitre que se encuentra en las playas, su batería se recarga directamente en la corriente. El precio en el mercado de un robot como este se encuentra en el orden de los 300 mil pesos.
"Solo un cliente pensó que el robot sustituía al personal humano, pero la gran mayoría lo ve con beneplácito. Es una experiencia diferente", comentó el empresario.
El éxito del robot ha llevado a Velázquez a pedir otro, que próximamente llegará para reforzar el servicio en su restaurante de Veracruz. Además, tiene planes de incorporar uno más en otra sucursal ubicada en otro estado de la República.
La apuesta tecnológica de Tilingolingo no termina con Tilingo. El restaurante también cuenta con cinco robots en la cocina, cada uno con funciones específicas que garantizan la calidad e inocuidad de los alimentos. Entre ellos destacan:
Robot para limpiar aceite: capaz de purificar el aceite a 180°C sin detener la producción, lo que mejora la calidad de los alimentos.
Hornos inteligentes Rational: preservan las propiedades nutricionales de los ingredientes al cocinarlos de forma uniforme.
Robot de abatimiento de temperatura: reduce el tiempo de congelación de 12 horas a solo 30 minutos, lo que asegura la frescura de los productos.
Tilingolingo no solo destaca por su innovación tecnológica, sino también por su propuesta gastronómica de primer nivel. Su platillo estrella, el pescado zarandeado, ha sido premiado a nivel nacional, fusionando sabores jarochos con técnicas del Pacífico mexicano.
Con más de 27 años de historia, este restaurante de cocina de autor ha logrado consolidarse como un referente en la región. "Innovar ya no es un lujo, es una necesidad para mantenerse vigente y ofrecer la mejor experiencia a nuestros clientes", concluyó Velázquez.
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