Veracruz | 2025-05-06
¿Has sentido que tu coche ya no responde como antes? ¿El volante vibra sin razón o los frenazos te hacen sudar frío? Antes de pensar en fallas mayores, revisa lo más básico: las llantas.
A simple vista, pueden parecer en buen estado, pero el desgaste no siempre es evidente. Muchos automovilistas siguen rodando con neumáticos vencidos sin saberlo, ignorando señales que podrían marcar la diferencia entre un viaje seguro y un accidente.
1. Dibujo casi invisible. El dibujo en la banda de rodamiento no es decoración: evacúa agua y asegura tracción. Si ves que está muy liso, incluso usando una moneda para probar la profundidad, es momento de actuar.
2. TWI al nivel. Todos los neumáticos traen unos pequeños "topes" de hule en las ranuras: los TWI. Si la banda ya está al ras de esas marcas, la llanta ha terminado su vida útil.
3. Desgaste disparejo. Un costado más gastado que otro no es normal. Indica que algo falla en la alineación o presión, y esa diferencia puede hacerte perder control en curva o en lluvia.
4. Cortes, protuberancias o grietas. Baches, banquetas, y hasta el calor extremo pueden dañar la estructura interna del neumático. Si ves alguna deformación o corte, no te la juegues.
5. Vibraciones o ruido al manejar. Si el volante tiembla más de lo habitual o escuchas sonidos raros, la causa podría estar en una llanta desequilibrada o deformada.
6. Más de cinco años de uso. Aunque se vean bien, el caucho envejece. A los cinco años, las propiedades del material cambian y la seguridad disminuye.
Conducir con llantas desgastadas pone en riesgo todo. Aumenta la distancia de frenado, hay mayor probabilidad de sufrir derrapes en la lluvia, y hasta podrías tener un accidente en carretera.
Evita sorpresas desagradables. Piensa en tus seres queridos y en quienes te rodean cuando te encuentras frente al volante.