| 2025-03-04
En el Asilo COGRA en la ciudad de Veracruz se puede hallar extremos de edades entre sus habitantes, desde abuelas tan longevas que casi alcanzan el siglo de edad, hasta mujeres tan jóvenes que ni siquiera llegan a los 30.
Su fundadora y directora, María Teresa Mendoza Grajales, afirma que ese espacio ubicado en la calle Cultura esquina Murillo en la Colonia Hidalgo, es escenario de situaciones poco comunes, en una ciudad de Veracruz llena de habitantes que protagonizan historias singulares.
Ese espacio que no depende de ningún nivel de gobierno alberga en este momento a 59 abuelos, entre hombres y mujeres, y hay más mujeres que varones.
"Si hablamos de longevidad, la persona que tenemos con la edad más alta es Charito, que es una abuela de 91 años", destacó Mendoza Grajales.
De hecho, la vocación inicial del COGRA (Comedor Gratuito) fue de un espacio en donde se daba de comer a los diversos menesterosos, sin importar su género ni edad, pero hoy en día atiende en su mayoría a los adultos mayores que no tienen donde vivir ni quien se ocupe de ellos, aunque de hecho sí tienen hijos, nietos y en ciertos casos, hasta bisnietos y tataranietos.
María Teresa Mendoza resaltó que aun cuando el Comedor Gratuito no se constituyó para personas jóvenes, sí tienen un caso de alguien que no llega o no supera los 30 años de edad.
"La persona más joven es María, que tiene 28 a 29 años; María llegó de 22 años en la época de Javier Duarte de Ochoa, la mandaron por 2 meses de Xalapa y ya la dejaron definitivamente aquí.
Estuvo Javier Duarte de Ochoa, Miguel Ángel Yunes Linares, Cuitláhuac García Jiménez y ahora Rocío Nahle García.
"Ella es la más joven de las mujeres que están aquí; me habla de su mamá pero no da más información y le digo que si me da un indicio de cómo llegar a ella yo la llevo, porque el tiempo sigue corriendo y me voy a morir sin haber podido entregarla a sus familiares", subrayó Mendoza Grajales.
El Asilo COGRA, instancia no gubernamental, alberga a personas abandonadas por sus familiares y a las que muy pocas visitan pese a que es muy fácil llegar ahí por estar cerca de una galletera ubicada en la calle Agustín Yáñez.
Requieren apoyo de la sociedad civil y de gobiernos para atender a la población en muchos casos abandonada por sus familiares, resaltó su directora María Teresa Mendoza Grajales.