| 2024-05-15
Las mangueras que salen de las bardas de instalaciones del Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento ahí siguen, colgadas y prácticamente sin usuarios que lleguen para llenar sus recipientes y acarrear agua a casa.
Cabe recordar que la semana inició con manifestaciones de ciudadanos irritados por falta de suministro en diferentes colonias y fraccionamientos de la ciudad, sobre todo quienes realizan el pago anual anticipado y ahora no reciben una gota del líquido.
Ante ello el proveedor del servicio, el Grupo MAS implementó como medida extraordinaria y adicional al abasto con pipas, la habilitación de 4 centros de autoabastecimiento de emergencia, consistentes en mangueras, cada una con su llave, para que los usuarios puedan llenar por sí mismos sus recipientes, en los siguientes puntos:
-Pozo número 30A en Manuel Ávila Camacho esquina Lázaro Cárdenas, en la colonia El Coyol.
-Pozo La Pochota, en Almendros entre Lirio y Árbol del Viajero, en Los Almendros.
-Pozo número 4, en Agustín Yáñez esquina Igualdad, Colonia Unidad Veracruzana.
Pozo número 24 en la calle Fernando López Arias entre Plata Gaviotas e Islas Marías, Colonia Fernando López Arias.
SIN USUARIOS
Hasta el mediodía de miércoles algunos puntos para autoabastecimiento pasaban inadvertidos y no se veía a ningún usuario llenar sus recipientes.
Fue el caso del pozo número 4, de Agustín Yáñez casi esquina Igualdad, atrás de la Facultad de Veterinaria, por cuyo enrejado sobresalían 5 mangueras, cada una con su llave para abrir y cerrar y que cada persona pueda disponer del líquido sin esperar a que esté un empleado para hacerlo.
Durante la mañana y hasta poco antes de mediodía no se vio llegar a ninguna persona en busca del líquido.
"Hasta su plantón hicieron en Yáñez para exigir agua o que al menos pusieran mangueras para ellos mismos llenar sus cubetas o sus garrafas, y vea, ahorita no se han parado ni las moscas", comentó el empleado o encargado de uno de tantos talleres que se encuentran en alrededores de Yáñez y sus vialidades transversales.
Y fue cierto: hasta después de las 11:00 de la mañana, nadie puso un pie en la banqueta de las instalaciones de MAS
Algo parecido sucedió en el pozo número 24, de la Colonia Fernando López Arias, donde se dispuso de 8 mangueras con llave cada una, que pasaban sobre la barda perimetral para autoservicio.
Tuvo que pasar mucho rato para que se detuviera un automóvil del que salió una joven madre de familia, con unas niñas y algunos garrafones, y de inmediato empezó a llenarlos.
Sin entrevista ni fotografías y menos a las niñas, comentó que para ella es una ventaja el automóvil porque así puede transportar sus recipientes, pues de lo contrario tendría llevarlos de uno en uno y sería muy complicado.
El chorro de agua era muy potente y podían abastecerse hasta 8 personas. Pero sólo estaba ella.
En colonias y unidades habitacionales como Astilleros, Las Brisas y otras de esa zona, los habitantes afirmaban que a ellos no es común que les escasee el agua, pero la usan en forma responsable.
De hecho, en esas zonas no se veía a nadie acarrear el líquido.
Incluso, en el Pozo 34 decían que a ellos no les falta el agua.