Veracruz - Boca del Río | 2025-06-06
Con el fin de hacer concienciación sobre el autismo, el Aquarium del Puerto de Veracruz anunció la iniciativa Conexión Azul, diseñado para ofrecer un ambiente amigable a personas con Trastorno del Espectro Autista.
Ahora, cada primer miércoles del mes, de 10:00 a 11:00 horas, se habilitará un horario especial con adaptaciones sensoriales, durante el cual el recinto reducirá los estímulos visuales y auditivos para mejorar la experiencia de los asistentes con TEA.
Además, el personal recibió capacitación para brindar apoyo especializado, y se ha establecido una ruta de recorrido adaptada que garantiza mayor seguridad y comodidad.
Los principales objetivos de Conexión Azul son fomentar la inclusión y el respeto hacia las personas con esta condición, crear un entorno accesible y seguro para su disfrute, así como sensibilizar sobre la importancia de la inclusión.
El autismo es una condición de vida, cuyas causas se desconocen, aunque se cree en la existencia de un factor genético asociado a un componente ambiental. El autismo afecta en mayor o menor medida la interacción social por medio de la comunicación, la conducta, el lenguaje y la integración sensorial de las personas.
El autismo no es una enfermedad, las personas que viven con él tienen una manera diferente de interpretar las palabras, los colores, las formas y los sonidos del mundo que nos rodea, con tratamiento terapéutico personalizado y especializado, se logra incrementar la calidad de vida.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños presenta esta condición en el mundo y la incidencia se incrementa un 17% al año. Cada año se diagnostican más niños con autismo que con SIDA, cáncer y diabetes juntos.
Uno estudio que existe en México, impulsado por Autism Speaks (2016) estima que 1 de cada 115 niños tiene autismo, es decir, casi 1% de la población infantil, sin embargo, la incidencia en la vida adulta, así como el conocimiento de su situación en la adolescencia se desconoce.
El autismo se identifica por el color azul y una pieza de rompecabezas. El color representa la tranquilidad que las familias y las personas dentro del espectro autista necesitan para convivir con esa condición, la pieza de rompecabezas, significa que una persona con autismo no se aísla porque quiere, necesita el apoyo de los demás.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) abarca una amplia variedad de condiciones del neurodesarrollo que se manifiestan principalmente en la conducta, la comunicación y la interacción social. Esta condición se clasifica en tres principales tipos: autismo, síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NE).
Quienes presentan TEA suelen percibir e interpretar el entorno de manera distinta. Los colores, sonidos, formas y palabras adquieren significados únicos para ellos, lo que influye en su forma de relacionarse con el mundo. A menudo, presentan comportamientos inusuales, como dificultades para cambiar de una actividad a otra, atención excesiva a los detalles o reacciones atípicas ante estímulos sensoriales.
Las manifestaciones del TEA varían ampliamente de una persona a otra y pueden cambiar con el tiempo. Algunas personas con esta condición logran llevar una vida autónoma, mientras que otras requieren asistencia constante debido a un nivel más profundo de afectación.
Entre los signos más frecuentes en niñas y niños con TEA están el retraso en el lenguaje, la evasión del contacto visual, el deseo de estar solos, intereses muy específicos y repetitivos, y la escasa comprensión del lenguaje figurado. Además, pueden manifestar hipersensibilidad sensorial, como molestias ante ciertos sonidos, texturas o sabores. En etapas posteriores, muchos adolescentes y adultos jóvenes pueden enfrentar dificultades para entablar relaciones, así como cuadros de ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Entre los signos de alerta en la infancia destacan:
En cuanto a sus necesidades médicas, las personas con autismo requieren atención integral y coordinada. Aunque enfrentan los mismos problemas de salud que el resto de la población, tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas asociadas a malos hábitos alimenticios o falta de actividad física. También son más susceptibles a situaciones de violencia, lesiones o abusos.
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de TEA, es crucial brindar al paciente y a su familia la información necesaria y canalizarlo con profesionales especializados. El tratamiento debe personalizarse y enfocarse en reducir los síntomas que interfieren con la vida diaria y el bienestar general.