Veracruz | 2020-07-30 | Olivia Hernández
El semáforo cambia de rojo a verde, los carros avanzan sin detenerse; don Clemente se ha parado a medio crucero para intentar ganar una moneda.
Con un lento caminar, arrastrando una vieja carretilla cargada con tierra, intenta rellenar los baches que han dejado las lluvias en el último mes sobre la avenida Veracruz y Dos Bahías, en Río Medio, al norte de la ciudad de Veracruz.
Antes de que Veracruz entrara en una emergencia sanitaria por covid-19 don Clemente era albañil.
“Soy albañil, pero no hay trabajo. Hacía trabajitos pequeños, no me pueden dar mucho trabajo por el seguro, pero algo había ahí”, platica mientras espera que algún automovilista se detenga y le coopere con unos pesos para sobrevivir.
Don Clemente vive solo, ha arrastrado esa carretilla al menos 3 kilómetros desde su casa, ubicada por la colonia Tarimoya, cerca del hospital del mismo nombre.
Sin trabajo y sin dinero, don Clemente tuvo la idea de “salir a charolear”, como él llama a las cooperaciones que pide en las calles.
“Vengo todos los días a charolear y ya tengo para comer”, dice.
A rayo de sol, el adulto mayor, que se encuentra entre uno de los grupos vulnerables ante el covid-19, se protege con un cubrebocas que casi se transparenta.
Sus hijos lo visitan los domingos, dice don Clemente. Sin embargo, esto no es suficiente para que pueda mantenerse.
Terminando su jornada tratando de conseguir para comprar comida, don Clemente camina nuevamente hacia su casa ubicada en el lote 1 de la manzana 1 en la colonia 16 de Septiembre, al poniente de la ciudad de Veracruz.