Veracruz | 2021-12-11 | Josefina Lugo
Las nuevas generaciones han ido modificando la manera de alabar a la Virgen de Guadalupe, algo que es normal, consideró el presbítero Guillermo Arturo Ramírez Martínez, Párroco de la Iglesia Jesús de Nazaret, sobre todo en grupos que toman está imagen como un amuleto, sin embargo señaló que Dios no es aliado de pecadores.
"Es normal que la manera de alabar a María haya cambiado, es como una receta de cocina que con el paso del tiempo se va modificando; en el fondo queremos alabar, pero las formas van cambiando. Hoy grupos de diversa índole pueden tomar la figura, pero Dios no es aliado de nuestros caprichos y de nuestros pecados, lo que realmente nosotros celebramos en una cuestión más pura, es el amor maternal de María y sobre todo, la inculturación del evangelio que hoy necesitamos", señaló.
El también Maestro en Innovación Pastoral, por la UPAEP de Puebla subrayó que hoy se necesita también recuperar muchos valores.
"Hoy necesitamos también recuperar la solidaridad, la fraternidad, necesitamos también sinodalidad, comunidad, participación en el templo, en la casa, en la escuela, todo lo demás es parte del día a día, de ir sobreviviendo, pero recordemos siempre que ahí está María que le dice a Juan Diego: ¿no estoy yo aquí que soy tu madre? Que está ahí para bendecirnos y cuidarnos porque cada quién debe ocuparse de lo que le corresponda y a uno le corresponde cuidar de su casita sagrada, que es su cuerpo, su casa, su trabajo, su escuela, su entorno", aseveró.
Veracruz, un pueblo Guadalupano
"Considerando la fe del pueblo, sobre todo la religiosidad popular, Veracruz no está exento de esta devoción que se vive en México por la Virgen de Guadalupe", afirmó el párroco.
Dijo que se trata de una devoción antigua, que recuerda las apariciones de la Virgen al indio Juan Diego y cada año, en toda ciudad, en todo país y en todo continente que toque el corazón del fiel, vuelve sus ojos, su devoción, su práctica la Virgen de Guadalupe, que es prácticamente una madre que está cuidando a sus hijos.
"Ella ha pedido una casita, un templo, pero esa casita debe ser hoy de espiritualidad, de solidaridad, de diálogo, una casita en donde no solo vamos a pedir algo qué no podemos comprender, sino más bien una casita donde el hijo reciba protecciones, reciba la bendición de Dios", manifestó.
Lamentó que mucha gente lo ve como una cuestión mágica, como un talismán y no es así.