Ruge el puerto contemporáneo

Veracruz | 2018-03-13 | Héctor Noguera Trujillo

Ruge el puerto contemporáneo

Para narrar esto -que ya es historia- cuento con dos aspectos: uno a favor y otro en contra. 

El primero es que durante años fui parte de ella; el segundo es la subjetividad del relato, producto de lo anterior.

Si usted, amigo lector, cuenta entre 63 y 73 años, me atrevo a decir que hace 48 años, cuando usted contaba entre 15 y 25 años (apuesto doble contra sencillo a que) su estación de radio favorita era La Pantera.

Comienzo por reflexionar en voz alta: ¿Qué hace que un radioescucha prefiera una emisora a otras? Podrían ser varios los factores: primero, por parte de los oyentes; la edad, la ubicación social y los gustos personales.

En el caso de la emisora: la programación (en general), la música (en particular) y sus locutores. Esta trilogía otorga a la estación una identidad, un estilo propio, que la hace diferente a las demás.

No minimizo la importancia de la programación ni de la música sino -a lo mejor por una deformación profesional- enfoco la preferencia del auditorio en la personalidad de los locutores, por una razón muy sencilla: ¡son la parte humana de la radio!  

Nada raro que una mujer -de cualquier edad- se enamore de una voz varonil…

A fin de cuentas, el locutor no es más que una voz, algo intangible, pero que el escucha percibe que es un ser humano que le habla a él -o ella- en particular.

Quienes hayan visto y recuerden la película “Obsesión mortal”, entenderán la forma tan fuerte en que la imaginación le puede hacer una jugarreta a un radioescucha… y por tanto, al locutor.

El caso de La Pantera

Estamos hablando de una modesta estación de radio, en Amplitud Modulada, con tan solo 500 watts de potencia.  Surgió en el cuadrante jarocho, con apenas 250 watts (su señal se perdía en el puente de Boca del Río), el 2 de agosto de 1969.

Si bien se llamaba así, no tenía ninguna relación con La Pantera, del Distrito Federal, como muchos pensaban. Su concesión pertenece a don Carlos Ferráez Matos y ahora se maneja como filial de Avanradio. 

Su  nombre original fue Radio Fiesta y su primer gerente era Francisco Girón Mirón.

La estación transmitía desde el segundo piso de un edificio de la Avenida Independencia. 

En los inicios de los 70´s, hubo cambios. La XEQT se trasladó a Franklin 4 (entre Díaz Mirón y Lafragua) y ocupó la  gerencia  Enrique Haaz Diez, quien sigue siendo lo que conocemos como “un hombre de radio”. Hizo sus pininos en la XEJF de Tierra Blanca, su tierra natal; después trabajó en radio y televisión aquí en Veracruz… y sigue en la radio y el periodismo impreso; ahora es un empresario de éxito. 

Cuando me integré al equipo de locutores -en abril de 1972- La Pantera solo transmitía música en inglés (ya después se incluyeron temas en español) y sus voces se caracterizaban por su dinamismo y versatilidad.

Las voces

En cuanto a locutores, podemos dividirlos en tres etapas:

A lo largo de la década, se dejaron escuchar las voces de Juan Josecito Arredondo (qepd), Julio de Jesús Tiburcio (qepd), Rogelio Araujo, José Luis Ayala (qepd) y Abelardo Varela. Cabe mencionar la presencia cotidiana en el micrófono de don Luis Weller, con sus comentarios deportivos.  

Lo que caracterizaba a la estación era que en cada corte se escuchaba un tremendo rugido y su lema era: “La única estación con el pelo largo”. La música era programada por Ramiro Garza, un “gurú” en la materia disquera, el número uno en el Distrito Federal.

Con las emisoras de radio sucede como con los locales de una plaza comercial, la gente compra en los primeros, los cercanos a la entrada. Parte del fenómeno de La Pantera, consistía en que era la última del cuadrante (1600 Khz)… pero, con todo y eso, los radioescuchas “nos compraban”.

¿Quién nos escuchaba?

Testimonios

Es curioso, a la fecha, me han presentado con algunas personas de edad (que escuchaban La Pantera) y, con solo oírme hablar, han sido capaces de mencionar mi nombre con todo y apellidos... y conste que han transcurrido casi cinco décadas.

El secreto del éxito

En lo personal, ¿a qué atribuyo la preferencia del público? A la libertad con la que trabajábamos los locutores, lo cual demuestra la inteligente táctica de nuestro gerente. Hubo una regla no escrita, pero que dio muy buenos resultados: “Puedes hacer en cabina lo que se te pegue la gana: fumar, leer el periódico o tener compañía… pero, por lo que más quieras, ¡cuando abras el micrófono entrega el alma!”. 

Una de las pruebas es que las puertas de la estación, del callejón de Franklin siempre estuvieron abiertas para quienes quisieran visitarnos.

El máximo logro 

Corresponde a La Pantera el honor de haber profesionalizado los noticieros de radio de la ciudad de Veracruz. 

En 1973 iniciamos un noticiero radiofónico, con el primer servicio nacional de noticias que tuvo nuestra ciudad (Notimex), con 9 locutores-reporteros  (con sus respectivas grabadoras) y dos conductores Enrique Haaz y Héctor Noguera. Se transmitía a mañana y tarde, a través de La Pantera (XEQT) y Radio Moderna (XEFM).

Hasta antes de este noticiero profesional, las estaciones locales hacían “periodismo de tijera y engrudo”: recortaban notas de los periódicos, las pegaban en una hoja y se la pasaban al locutor para que las leyera frente al micrófono.

Me consta, a los pocos meses, tanto la XEU como el Grupo FM, con muchos mayores recursos que los nuestros, instalaron sus respectivos departamentos de noticias, aspecto que se les reconoce y alaba.

Por si fuera poco, a partir del lunes 3 de mayo d 1976, La Pantera fue la primera estación de radio de la ciudad en trasmitir resúmenes de noticias  (de 5 minutos, con todo y comerciales) cada hora, de las 8:00 a.m.  a las 20:00 horas, de lunes a viernes.

Pero, comentando con compañeros de la época, en cuanto a noticias radiofónicas en la ciudad de Veracruz: ¡Fuimos los primeros… y nadie nos puede quitar esa gloria!