Gaseosas y licores que se producen en el Puerto Zaraza, el sabor frutal de Veracruz.

Veracruz | 2017-09-06 | Juana del Carmen Santos Medel

Gaseosas y licores que se producen en el Puerto Zaraza, el sabor frutal de Veracruz.

En el Directorio Comercial de Veracruz (1913 – 1914), elaborado por E.M. Brime, aparece en el rubro de Fábricas Varias las aguas gaseosas El Águila, de G. Vargas y Compañía con domicilio en Francisco Canal número 96. 

Esta información coincide con la que menciona Juan Cordero Medina en su libro Mi Veracruz de ayer agregando que la fábrica de refrescos “El Águila” fue instituida por los señores G. Vargas y Compañía.

El producto elaborado por esta fábrica tuvo una gran aceptación allá por los primeros años del siglo XX, en 1907. 

El señor Cordero comenta que en esos años se decía que un preparado casi perfecto era la combinación de la Zaraza Vargas con el Habanero 1930 de Isidoro Hoyos, establecimiento que aún existe y cuya publicidad actual, emitida por la Casa Isidoro Hoyos, sigue invitando a deleitarse con la combinación de un “ron que vio nacer al Veracruz de antaño, elaborado y pensado para presentar a tu paladar esos sabores que cambian tu vida” y en donde además comenta que la clave la da el tiempo y la madera.

Origen 

No tenemos la fecha en que apareció el refresco Zaraza, posiblemente a finales del siglo XIX o principios del XX, no obstante, algunos libros y documentos hablan de su exquisito sabor tal como lo dice el señor Cordero “…dicen que sus aguas gaseosas y refrescos de varias clases eran fabricadas con frutas seleccionadas”. 

¿Cuál era su sabor? Y ¿Cuál o cuáles eran las frutas que se usaban para darle un peculiar sabor al refresco? Héctor Rojas Orozco dice que para deleitarse mejor tenía que ser servida … “bien fría y con un rebosante vaso rebosantes de hielo” era un “refresco exquisito de sabor único” y éste es captado por las papilas gustativas y que “básicamente son esencias de frutas, algo parecido a un refresco de durazno.

Hacia los años 20´s, la fábrica contaba con maquinaria moderna y un número de trabajadores que se encargaban de la limpieza de las botellas y del embotellamiento del líquido.


La fábrica

En el Directorio Nacional de la República Mexicana, en la sección Veracruz, se anunciaba la Fábrica de Aguas Gaseosas G. Vargas y Cía, con dirección en Francisco Canal 96, teléfono ERIC 25-89, Veracruz, Ver.
En el anuncio se promocionaban la Sidra Roya, el Orange Kist, el Ginger Ale de Buxe Fry y remataba diciendo “son las marcas de las bebidas refrescantes más puras, sanas y agradables. Exija gaseosas Vargas y tomará lo mejor”.
El señor Cordero Medina muestra en su libro algunas imágenes de la fábrica, una de ellas es del interior y en donde se puede apreciar tanto trabajadores como parte de la maquinaria.
Otro de los datos que nos menciona Cordero Medina es que los señores Vargas vendieron la patente a la familia Urueta.
Al paso de los años, el inmueble dejó de funcionar como embotelladora de la “gaseosa”, tiempo después fue abandonado y como todo edificio en esas condiciones se fue deteriorando.
Actualmente se encuentra restaurado y en él se ubica un nuevo negocio que por lo menos conserva y mantiene en pie el edificio.

Renovado

Héctor Rojas, comenta que “Años después tal vez cambia de nombre naciendo una de las empresas de refresqueras locales de mayor tradición en la ciudad y puerto de Veracruz: la Zaraza Vargas.
“Su razón social fue ‘G. Vargas y Compañía Sucesores’, según lo destaca Héctor Rojas, y estuvo ubicada en la avenida Allende, esquina con Francisco Canal, enfrente de lo que fue el Penal de Allende.

La ruptura con los obreros

Según comenta Cordero Medina: “En aquellas décadas de inicios del siglo XX y hasta los años 70´s la forma de comercializar los refrescos fue siempre en envases de vidrio retornable. 
“Así que esa era una barrera para poder expandir la comercialización de los refrescos regionales y tal era el caso de la Zaraza, a quien solo se le podía encontrar en algunas tiendas y restaurantes del puerto de Veracruz, Boca del Río, Alvarado y Cardel, no había envase para más, ya que la inversión en ese rubro impactaba mucho en los costos. 
“Y también vale la pena destacar el envase de Zaraza, muy original con esos churritos en la parte del cuello de la botella.
Precisamente a partir del año de 1990 entra en negociaciones el empresario cordobés Julián García Carrera, dueño de Embotelladora El Jarocho para comprar la marca. 
“Esto le lleva casi 3 años de negociaciones para poder destrabar el nudo, ya que había varios accionistas, herederos y obstáculos legales. Finalmente, a finales de 1992 se logra concretar la compra. Zaraza Vargas como marca ya era parte de Embotelladora El Jarocho, el vetusto edificio de la Avenida Miguel Alemán no formó parte del trato, así que la Zaraza se fabricaría en Córdoba, sede del Jarochito.
“Es precisamente a finales de marzo de 1993, cuando después de sortear múltiples retos, entre ellos la falta de las esencias originales para fabricar el refresco (ya no se producían) y recibir una buena dotación de envases nuevos, previa fabricación de nuevos moldes, porque los originales ya no estaban disponibles, cuando se re-lanza al mercado la Zaraza, aunque de inmediato el mercado conocedor, sobre todo las personas de la tercera edad del puerto detectaron el cambio de sabor, que lo acentuaba además el hecho de que los “jaraberos” originales no quisieron colaborar con el nuevo proyecto del Jarochito, además que el endulzante ya era otro”.