| 2025-04-10
Una herida que nunca cerrará y a la que las autoridades de la Fiscalía General del Estado parecen echarle sal ha sido el martirio por el que ha tenido que pasar la familia de Mariot Lizbeth Rodríguez Hernández asesinada el pasado 1 de abril.
Sus dos hijos de 10 y 15 años lloran, se abrazan a las sábanas del que fuera su cuarto y preguntan a sus abuelos por ella, pues no logran entender el porqué les fue arrebatada a sangre fría por un sujeto que sigue prófugo de la justicia.
Durante el novenario de la víctima de 35 años de edad, amigos, vecinos y familiares se presentaron en la calle Ficus esquina Mariano Arista para realizar algunos rezos, levantar una cruz y dar un posicionamiento para exigir justicia.
Su madre y hermana señalaron que la Policía Ministerial investigadora las ha revictimizado durante las investigaciones, pues cuando los cuestionaron por la falta de resultados estos les dijeron que si no ponían de su parte les quitarían a los niños de 10 y 15 años que además son discapacitados.
Manifestaron que allá de ir tras la pista del feminicida que está plenamente identificado y que presuntamente aún ha sido visto en la ciudad e incluso en su domicilio, se han encargado de estar sobre ellos cuestionándolos.
Ante tales injusticias de las que han sido objeto, hicieron un llamado a la gobernadora Rocio Nahle y a la Fiscal General del Estado Verónica Hernández Giadans para que tome cartas en el asunto y encamine la indagatoria para dar con el responsable.