Playa Vicente | 2020-08-16 | Redaccion
Un grupo delictivo que opera en Guerrero pretende retomar acciones y ganar territorio en los límites de Oaxaca y Veracruz, por lo que ya son investigados por la Fiscalía General del Estado, de la República y la Secretaría de Seguridad Pública.
Se trata de una célula comandada por Said Viveros Castro, alias El Cuate, quien ya es ampliamente conocido por operar en las mencionadas entidades, donde ha desestabilizado la paz lograda por autoridades.
De acuerdo a información de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina, El Cuate encabeza un grupo de gavilleros situados en el poblado de Benito Juárez, en Santiago Sochiapan.
Estos grupos fueron aliados de grupos delictivos que encabezó Leonardo Hernández, El Brujo o el Doctor; y Reynaldo López Patiño, el Pelón de Abasolo en el pasado, los cuales reinaban la región.
Fue en diciembre de 2014, durante una fiesta decembrina en el poblado de Benito Juárez, en la que estaba presente El Brujo, que al calor de los tragos hubo una riña entre el grupo de pistoleros de Benito Juárez y la gente de el capo El Brujo.
En aquella ocasión y tras una fuerte discusión, salieron a relucir las pistolas, por lo cual se dio el intercambio de disparos y ahí fue asesinado el hermano gemelo de Said Viveros Castro.
Perseguidos por los enemigos Viveros Castro, se marchó al estado de Guerrero, al municipio de Petatlán, y ahí se enlistó en una guerra en la que participaron varios grupos delictivos de narcotráfico para echar a los Caballeros Templarios.
Por aquellas fechas, se dio el pleito entre dicha organización contra los capos locales Salvador Chava Granados, Edilberto El Gavilán Bravo Barragán y Crescenciano El Chano Arreola Salto con los llamados Mata Zetas.
En este conflicto Viveros Castro y sus pistoleros, sembraron el terror y realizaron diversas actividades delictivas en esa región que durante muchos meses fue número uno en homicidios y secuestros, y tuvo que ser pacificada por autoridades federales.
Luego en abril del 2018, fue asesinado en Playa Vicente Leonardo Hernández, El Brujo, por lo que los hermanos Jacinto y Alberto Piña, así como su lugar teniente, Reynaldo Patiño, El Pelón de Abasolo tomaron control de la zona.
Fue así que Viveros Castro volvió a Veracruz respaldado por los hermanos Reynaldo Patiño, pero en julio de 2019 rompen relaciones y estos desaparecen a su hermano Alejandro y a su papá Pedro Viveros Monge.
Tras varios atentados, Said Viveros se volvió a exiliar del estado, en tanto vecinos de la zona tomaron como un gran agravio por parte de los vecinos de la zona, pues en la memoria persiste que Pedro Viveros era un hombre de honor y de palabra, amante de los buenos caballos, por lo cual era ampliamente respetado, lo que contrasta diametralmente con las actividades de alias El Cuate.
Ya en enero del 2020, el gobierno de Veracruz lanza la operación Playa Vicente tras la ola de desapariciones que realiza el Pelón de Abasolo del Valle y Los Piñas, por lo que inició una cacería.
Ahora, Said Viveros volvió como supuesto líder de autodefensas, pero solo espera que las fuerzas del orden desplacen a sus rivales para imponer a su grupo delincuencial para tomar control de la plaza.
Ganaderos y empresarios de la zona han reportado que este sujeto se les ha acercado para exigirles fuertes sumas de dinero a cambio de "protección", para no ser molestados y que puedan trabajar.
Campesinos e indígenas han denunciado que son usados para colgarse un rifle y fingir que son parte de estas supuestas autodefensas coordinadas en ocasiones por María López, alias "La Profesora", quien es identificada en ese grupo, como una persona conflictiva que se la pasa acarreando chismes y cizaña entre las autoridades y pobladores.
La Profesora respaldada por un sujeto apoderó Cucho, son quienes cobran las cuotas a los ganaderos y empresarios para entregarlas a Viveros Castro, quien poco a poco pretende tomar control.
Ahora este grupo pretende aprovecharse de las acciones del gobierno de Veracruz que ha combatido el crimen en la zona para imponerse como los nuevos capos, a costa de la paz y de la vida de sus habitantes.