Se registra alentadora regeneración de la capa de ozono, advierte especialista

Ciudad de México | 2022-09-25


“La evaluación científica más reciente sobre el agotamiento del ozono conducida por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente muestra que, en algunas partes de la estratosfera, la capa de ozono se ha recuperado a un ritmo del uno al tres por ciento por década desde el año 2000”, señala Telma Castro Romero, integrante del Grupo de Aerosoles Atmosféricos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.

Expuso que gracias a su recuperación y a la protección que brinda contra la radiación ultravioleta proveniente del Sol, “en un alto porcentaje está asegurada la vida como la conocemos, aunque no lo sabemos respecto a otros fenómenos, como el cambio climático”.

Castro Romero expuso que a mediados de la década de 1970, en un congreso científico internacional en Londres, el profesor Frank Sherwood Rowland planteó que los clorofluorocarbonos (CFC’s) usados en el pasado en procesos de refrigeración y en los aerosoles utilizados en la vida cotidiana, son productos químicamente estables, y que con el tiempo cambian poco, por lo que debían acumularse en algún lado.

Junto con su colega y alumno Mario Molina Pasquel y Henríquez, Rowland se encargó de analizar y descubrir que en la estratosfera estaba ese acumulamiento. Hicieron un modelo y comenzaron a poner en alerta a la comunidad científica y, sobre todo, el químico mexicano realizó la tarea de convencer a la comunidad científica y a los tomadores de decisiones de que había un problema. Así lo corroboraron los satélites, sobre todo en el polo sur, hacia los años 80, y por el hallazgo recibieron, al igual que Paul Crutzen, el Premio Nobel de Química en 1995.

El uso generalizado de los CFC’s dañó considerablemente la capa de ozono que rodea la atmósfera terrestre, lo que llevó a la formación del agujero todavía presente, refiriere la científica universitaria.

Observaciones realizadas en 2019 por investigadores de la NASA y la NOAA quienes detectan y miden el crecimiento y la ruptura del “agujero de ozono” con instrumentos a bordo de los satélites Aura, Suomi-NPP y NOAA-20, comentan que entonces era de 9.3 millones de kilómetros cuadrados, menor al máximo reportado en 1998, cuando medía 25.9 millones de kilómetros cuadrados. “Lo que llamamos el ‘agujero’ es un adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera sobre la Antártida que comienza cada septiembre”, refiere la experta.

Los HFC´s emitidos en procesos industriales, refrigeración y artículos de consumo, tienen alto contenido de los llamados halógenos, que incluyen principalmente cloro y bromo; y halocarbonos que poseen, los cuales tiene un impacto pequeño en la destrucción del ozono; sin embargo, son gases de efecto invernadero con un gran potencial de calentamiento climático y dañinos para el medio ambiente. Ante este panorama, Telma Castro resalta la importancia de hacer investigación y mejorar las tecnologías.

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