México | 2024-01-30
Ya han pasado casi 30 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI y virtual presidente de México a mediados de la década de los 90. Pese a la magnitud del hecho, tan sólo se vinculó como responsable a un único tirador: Mario Aburto, un obrero michoacano.
Sin embargo, a la luz de las recientes investigaciones sobre las irregularidades del caso, la Fiscalía General de la República (FGR) afirmó tener fuertes evidencias que indicarían la existencia de un segundo tirador en el Caso Colosio.
A través de un comunicado, la FGR señalaría pruebas de que Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), habría detonado un arma de fuego segundos después de la ejecución de Colosio.
Señalan además a múltiples testigos que afirmaron haber visto al ex agente ser detenido y arrastrado mientras portaba ropa manchada con la sangre de la víctima. Sin embargo, el señalado sería liberado por Genaro García luna, en ese entonces director del Cisen, en un evidente acto de encubrimiento.
Finalmente, las pruebas de laboratorio efectuadas sobre las posesiones del victimario demostraron que: la vestimenta de Sánchez Ortega presentaba el mismo tipo de sangre que la de Colosio y, mediante pruebas de rodizonato, demostraron que el sospechoso había accionado su arma en el mismo momento de su muerte.
Pese a la contundente evidencia, el juez quinto de distrito de procesos penales federales, Jesús Alberto Chávez Hernández, rechazó la petición de aprehensión contra Jorge Antonio Sánchez Ortega.
Este hecho sería calificado posterior mente por la FGR un “acto con evidente parcialidad” y un “quebrantamiento de los principios obligatorios de valoración y análisis de las pruebas. Afirmó que se apelaría la decisión.
Por su parte, el abogado de Mario Aburto, Jesús González Schmal, afirmó desconocer si Sánchez Ortega sigue con vida; pues todos los testigos que comparecieron en su momento han muerto. Ya sea por causas naturales o “en situaciones sospechosas”.