México | 2023-11-02
En algún conociste a alguien que en su cuello portaba una cadena muy singular, no era una cruz, no era una medalla, o la inicial de un ser querido, era la figura de una calavera con túnica y una hoz en su mano, ese colgante es un distintivo de quienes veneran a la muerte, o le dicen, la Santa Muerte.
En los últimos años pareciera que se ha incrementado el número de personas que veneran a la muerte como una deidad, algo característico ya que el origen de la veneración a una figura que representa a la muerte es muy antiguo.
Para hablar de la adoración a la muerte, se tiene que regresar a los tiempos prehispánicos de México, donde se rendía culto a figuras que eran una representación de la mortalidad, como es el caso de quienes rendían culto a Mictlantecuhtli, dios de la muerte, que, entre otros aspectos, era una calavera.
Conforme avanzaron los tiempos de la conquista por los españoles, y el arribo del catolicismo, se produjeron mezclas en las formas de creencia y adoración, dando pie a celebraciones como el Día de Muertos.
Pero en esa misma línea, se habrían generado formas de adoración y creencia que no son compatibles en su totalidad con las creencias cristianas, manteniendo elementos místicos de la antigüedad.
Se considera por quienes han analizado el caso, que la veneración de la muerte de manera contemporánea, como se le entiende en nuestros días, habría arrancado en los años 60’s en el estado de Veracruz, en el municipio de Catemaco, lugar popular al día de hoy por ser una tierra donde predomina la brujería.
El flujo social de la gente de la región habría dado pie a la propagación de la adoración a la muerte en el territorio mexicano, incluso en países vecinos. Pero es en la Ciudad de México, en la década de los 80´s, donde la devoción a la muerte se abre de manera pública entre algunas personas, y al llamar la atención de los medios tradicionales de comunicación, consiguieron que tuviera una mayor difusión.
Prueba de lo anterior, fue que, en el año 2003, fue registrada como una organización religiosa ante la Secretaría de Gobernación de México en ese entonces, aunque no decía de forma abierta que eran adoradores de la muerte.
Quienes creen en la llamada, Santa Muerte, tienen principios católicos, y se consideran como una extensión de lo mismo, pero manteniendo formas de la antigüedad mexicana, por ello se denominaron en el 2003 como, Iglesia Católica Tradicional México-Estados Unidos, aunque solo fue una forma de legitimar la adoración de la muerte.
Pese a que habían logrado conseguir reconocimiento de las autoridades, la opinión popular, escándalos mediáticos, y una falta de organización hizo que solo tuvieran el registro por dos años, posteriormente lo perdieron.
David Romo Guillen , fue su fundador, y por años intentó encontrar el reconocimiento para su iglesia de adoradores de la muerte, pero fue arrestado en el año 2011 por cargos de lavado de dinero y secuestro, junto a otros de sus seguidores.
En la actualidad, aunque quienes creen en la muerte, y la veneran, no están organizados como tal, pero tienen una línea de creencias, como es el pensar que la muerte es una intermediaria entre vivos y difuntos, con la capacidad de dar milagros y favores a sus creyentes, apoyando en temas económicos, salud y amor.
La iglesia católica se ha pronunciado desde el principio en contra de los adoradores de la muerte y que, principalmente la llamen Santa, al indicar que realmente están cometiendo una forma de idolatría, algo que es condenable ante la vista de dios.
Entre la opinión pública los adoradores de la muerte no tienen una buena reputación, pues, a pesar de su crecimiento, sigue estando