| 2024-09-27
En los tiempos que corren se ha vuelto común que las personas vivan bajo estrés, con ansiedad e incluso depresión lo que lleva a otros males como el síndrome del intestino irritable, y en lugar de atender las causas del problema muchas veces se tiende a ignorarlo.
El estrés, la ansiedad y la depresión, aunados al consumo de alimentos ricos en grasa, condimentos, irritantes y picantes, son factores que favorecen el desarrollo del síndrome de intestino irritable padecimiento incurable que afecta la salud física y emocional y la calidad de vida de pacientes, informó el jefe de la Clínica de Enfermedad Intestinal del Hospital General de México "Dr. Eduardo Liceaga" (HGMEL), Jorge Luis de León Rendón.
El especialista dijo que, en la actualidad, al síndrome de intestino irritable se le suele confundir con la colitis, y sólo mediante estudios especializados como las biopsias es posible determinar si se trata de uno u otro padecimiento y definir el procedimiento terapéutico adecuado.
Explicó que para diagnosticar el síndrome de intestino irritable se utilizan los llamados Criterios de Roma, que implican el análisis de un conjunto de signos y síntomas entre los que se encuentran dolor abdominal, distensión, náuseas, vómito, diarrea, cambio en el patrón de evacuaciones, estreñimiento y flatulencias.
Indicó que existen tres tipos de SII; uno de ellos se caracteriza por estreñimiento, con dos o tres evacuaciones por semana; en el otro predomina la diarrea y la persona evacúa entre seis y diez veces al día; y un tercer tipo tiene un carácter mixto; es decir, que oscila entre patrones de normalidad, períodos diarreicos y etapas de estreñimiento.
Apuntó que, aun cuando esta enfermedad es incurable, existen tratamientos que contribuyen a disminuir los síntomas de manera significativa. En la mayoría de las ocasiones, es necesario esperar por lo menos 12 semanas para probar la efectividad de las medidas terapéuticas adoptadas y para, en su caso, implementar los ajustes pertinentes.
Añadió que en el Servicio de Coloproctología y Gastroenterología del HGMEL se atienden cada año entre tres mil 500 y cuatro mil pacientes por esta enfermedad, y afecta más a mujeres.
La especialista del Servicio de Apoyo Nutricional y Metabólico del Hospital Juárez de México (HJM), Yuritzi Luna Camacho, explicó que ante el SII el paciente debe someterse a una valoración individualizada que permita el diseño de una dieta conforme a su problemática particular, equilibrada y que contenga macronutrientes, carbohidratos, proteínas y lípidos y que excluya los alimentos que favorecen el desarrollo o el agravamiento de síntomas como la distención abdominal o las flatulencias.
Agregó que el consumo de alcohol y tabaco pueden predisponer al paciente a desarrollar el SII como enfermedad crónico-degenerativa que impactará de forma negativa su calidad de vida.