| 2025-05-17
No importa qué tan segura creas que es tu tecnología, siempre existe un margen para lo inesperado. Los iPhone, sí, esos dispositivos elegidos por millones en el mundo, también pueden ser vulnerables.
Y es que, aunque Apple refuerza constantemente sus sistemas, hay formas en que el acceso no autorizado puede colarse sin pedir permiso. La clave está en detectar las señales antes de que sea tarde.
Empecemos por lo básico. Supón que cargas tu teléfono en la noche, lo dejas quieto, y al amanecer... sorpresa: la batería bajó drásticamente. No abriste ninguna app, no hiciste llamadas, ni siquiera reprodujiste música. Algo no cuadra. ¿Te suena? Podrías tener un iPhone hackeado.
Otra señal: los datos móviles se evaporan. Sin ver videos ni usar apps pesadas, el contador de megas sigue subiendo. ¿Qué está enviando tu teléfono sin tu permiso? ¿Información sensible? ¿Tus contraseñas?
Y luego están esas apps que aparecen sin invitación. No las descargaste, no las recuerdas, pero ahí están. Quizá ocultas entre tus carpetas, quizá disfrazadas. Si eso pasa, preocúpate.
Aquí hay que fijarse más a detalle. ¿Te llegó un código de seguridad que no solicitaste? ¿Te marca el sistema que hay nuevos dispositivos conectados y tú no hiciste nada? ¿De pronto tu contraseña ya no funciona?
"Apple recomienda actuar rápido ante cualquier actividad inusual en tu cuenta. La seguridad comienza por asumir que algo puede ir mal", señala su sitio oficial.
Si algo de esto te ocurre, el primer paso es sencillo pero crucial: cambia tu contraseña en cuanto puedas desde appleid.apple.com. Sin rodeos.
Si sospechas que tu iPhone fue hackeado, aquí van algunas acciones que pueden ayudarte a retomar el control:
Y aquí el verdadero problema: muchos usuarios no notan el hackeo hasta que ya han perdido información. Las señales no siempre son evidentes. Pero si estás atento, puedes anticiparte a males mayores. Un pequeño descuido, una app dudosa, un enlace sospechoso y lo que sigue es una cadena de errores difícil de revertir.