| 2024-03-20
El acto de regalar flores amarillas ha cobrado un nuevo significado y popularidad en años recientes, especialmente marcado el 21 de marzo, una fecha que se asocia con el inicio de la primavera y el renacimiento de la naturaleza.
Sin embargo, esta reciente tradición tiene raíces que se entrelazan con la cultura pop y la psicología del color, revelando capas más profundas de significado que trascienden la simple celebración estacional.
Esta tradición fue inicialmente inspirada por la canción "Flores Amarillas" de la teleserie argentina Floricienta, compuesta por María Christina de Giacomi y Carlos Zulisberg Nilson, que hace referencia al anhelo romántico de la protagonista por recibir aquel presente de parte de su enamorado.
No obstante, cabe resaltar que actualmente el gesto de regalar flores amarillas ha trascendido su contexto original para convertirse en un símbolo de emociones positivas y lazos afectivos.
Este fenómeno se ha visto potenciado por su difusión en plataformas de redes sociales como TikTok, donde usuarios de todo el mundo han adoptado y adaptado esta práctica, dándole nuevos significados y alcances.
Desde una perspectiva académica, ofrecida por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el amarillo se asocia con sentimientos de alegría, esperanza, amor y amistad, elementos todos que contribuyen a la percepción positiva de este gesto.
No obstante, es importante reconocer que en diferentes culturas el amarillo puede tener connotaciones variadas, incluyendo algunas negativas como la infidelidad o la envidia.
La práctica de regalar flores amarillas, aunque ha comenzado con girasoles, no se limita a una especie floral específica ni a un tipo de regalo. Rosas, orquídeas y una amplia gama de flores amarillas se convierten en portadoras de este simbolismo.
Más aún, objetos de color amarillo que no son flores también pueden ser regalados, manteniendo el espíritu positivo de la tradición. Esto demuestra la flexibilidad y adaptabilidad de las tradiciones en la era digital, donde la intención y el significado detrás del gesto prevalecen sobre las formas específicas de expresión.
Regalar flores amarillas este 21 de marzo se ha convertido en una práctica rica en significado, que celebra la amistad, el amor y la alegría de vivir.
Aunque sus raíces puedan estar en la cultura pop y las tendencias de redes sociales, el acto trasciende estas fronteras para convertirse en una expresión genuina de sentimientos positivos.
Es un recordatorio de que, independientemente de la ocasión o la estación, siempre hay espacio para demostrar cariño y aprecio hacia los demás, fomentando la conexión y el bienestar emocional en nuestra sociedad.