| 2025-02-19
El Papa Francisco, de 87 años, fue hospitalizado el pasado 14 de febrero en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una pulmonía bilateral que requirió tratamiento médico inmediato.
La noticia generó preocupación en la Iglesia Católica y especulaciones sobre su posible renuncia, algo que ha sido tema de debate en los últimos años debido a su estado de salud.
Aunque el Vaticano ha informado que su recuperación avanza favorablemente, y que el pontífice respira sin asistencia y ha retomado algunas actividades, como la oración y la lectura, los rumores sobre su posible dimisión no han cesado.
El pontífice ha dejado claro que no tiene intención de renunciar en el corto plazo, pero sí firmó una carta de renuncia anticipada en caso de que una enfermedad grave o incapacidad le impidiera seguir liderando la Iglesia Católica.
En 2022, en una entrevista con un medio español, reveló que había escrito esta carta desde el inicio de su pontificado, dejándola resguardada en la Secretaría de Estado del Vaticano. En su libro "Esperanza", reafirma esta decisión con las siguientes palabras:
"Creo que el ministerio petrino es ad vitam y, por tanto, no veo condiciones para una dimisión. Las cosas cambiarían si se produjera un impedimento físico grave y, en ese caso, ya firmé al inicio del pontificado la carta con la renuncia que está depositada en la Secretaría de Estado."
A pesar de las especulaciones, las autoridades oficiales del Vaticano no han confirmado que esta renuncia haya sido activada.
En caso de que el Papa Francisco haga efectiva su renuncia, se activaría el protocolo de Sede Vacante, lo que implicaría lo siguiente:
Aunque el derecho canónico establece que el Papa puede renunciar si así lo decide, el propio Francisco ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de permanecer en el cargo mientras su salud lo permita.
Las preocupaciones sobre el estado de salud del Papa Francisco han ido en aumento debido a los problemas médicos que ha enfrentado en los últimos años. Desde 2023, el pontífice ha requerido tratamientos por infecciones respiratorias, problemas en las rodillas y cirugías intestinales.
En esta ocasión, la pulmonía bilateral ha implicado un tratamiento intensivo, aunque el Vaticano ha asegurado que su recuperación avanza sin complicaciones graves.
La incertidumbre sobre su estado de salud ha reavivado la curiosidad sobre el proceso de sucesión papal, pero por ahora, Francisco continúa con sus funciones y su agenda de actividades en la medida de lo posible.