| 2024-05-01
Luego de la polémica que se ha originado en torno a la vacuna AstraZeneca que se aplicó durante la emergencia sanitaria del Covid-19 pues se dio a conocer que en casos aislados produjo trombosis, muchos se han cuestionado si otros medicamentos en ese periodo fueron peligrosos de usar.
Se debe recordar que AstraZeneca en documentos judiciales reconoció que su vacuna contra la Covid-19 podría causar trombosis en situaciones excepcionales.
La trombosis hace referencia a la formación de un coágulo en un vaso sanguíneo que básicamente impide que la sangre fluya en el organismo como lo hace de forma habitual y puede llegar a ser tan grave al nivel de ocasionar la muerte.
Resulta que además del de AstraZeneca, el otro fármaco contra la Covid-19 que ha sido relacionado con casos de trombosis desde el inicio de la pandemia, es la vacuna de Johnson y Johnson.
De hecho, en el año 2021, las agencias federales de salud de Estados Unidos pidieron su suspensión luego de que se reportaron seis casos de trombosis tras la aplicación de sus dosis. ¿Qué pasó después?
Luego de su suspensión, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sacaron un comunicado en el que informaron que tras realizar una "revisión de seguridad exhaustiva", las instancias correspondientes —entre las que destacaron el Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación (ACIP) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)— determinaron reanudar el uso de la vacuna en cuestión.
Pese a lo anterior, en 2022 CDC advirtió que este fármaco debía usarse de forma limitada, especialmente al aplicarse en personas consideradas vulnerables tales adultos mayores y quienes tienen algún padecimiento crónico. Sin embargo, más tarde, en 2023, dejó de estar disponible en Estados Unidos.