| 2024-03-19
En 1977, la NASA lanzó al espacio las sondas Voyager 1 y 2, en una misión que marcaría un hito en la exploración espacial.
Acompañando a estas sondas, se enviaron dos discos de cobre bañados en oro con el propósito de comunicar la diversidad cultural y sonora de la humanidad a posibles civilizaciones extraterrestres.
Entre los tesoros auditivos seleccionados para esta odisea intergaláctica, se encuentra una pieza musical mexicana que resuena en la inmensidad del cosmos: 'El Cascabel'.
La European Space Agency define el espacio exterior como el área que comienza a 100 km de distancia de la Tierra, un vasto vacío que, aunque parece silencioso y solitario, está lleno de gas, polvo, y ahora, música.
Las sondas Voyager, armadas con suficiente combustible y destinadas a viajar hasta 2025 o más, llevan consigo 'El Cascabel', un huapango veracruzano compuesto por Lorenzo Barcelata Castro e interpretado por Antonio Maciel y Las Aguilillas con El Mariachi mexicano de Pepe Villa.
La inclusión de 'El Cascabel' en el disco de las Voyager no fue una decisión arbitraria. Fue elegida por un equipo de científicos liderados por Carl Sagan, quienes buscaban representar lo mejor de la cultura y la música terrestre.
Este huapango de Veracruz destaca no solo por su riqueza musical sino también por ser una de las pocas piezas en español, y posiblemente la única mexicana, seleccionada para este viaje sin precedentes.
Las Voyager han superado todas las expectativas, proporcionando imágenes y datos invaluables de nuestro sistema solar y más allá.
Además de sus descubrimientos científicos, estas sondas espaciales se han convertido en embajadoras de la diversidad cultural de la Tierra, llevando piezas como 'El Cascabel' a rincones desconocidos del universo.
La presencia de 'El Cascabel' en las sondas Voyager resalta la importancia de la música como una forma de comunicación universal y un elemento esencial de la identidad humana.
A casi cinco décadas de su lanzamiento, este huapango mexicano sigue viajando por el espacio, sirviendo como un recordatorio de la rica herencia cultural de México y la capacidad de la música para trascender fronteras, incluso las del espacio exterior.