| 2024-12-30
Hace apenas una semana, la serie coreana de El Juego del Calamar logró convertirse en un fenómeno global imposible de ignorar, desde su estreno, no han cesado los debates, análisis y reseñas sobre la producción, explorando diversas perspectivas para comprender su impacto.
Los escenarios, las actuaciones, la cinematografía y los efectos especiales crean una atmósfera única que mezcla lo inquietante con lo infantil, dejando imágenes memorables. Además, las referencias a obras de arte, arquitectura y cultura artística enriquecen el trasfondo creativo detrás de las escenas más emblemáticas.
Un referente que tiene El Juego del Calamar desde que inició en su temporada uno, es una forma de ver el arte, los cuales están ocultos, por lo que aquí te decimos estas referencias en arte, arquitectura y cultura popular.
Desde el primer episodio, la serie evoca la icónica obra El grito del pintor noruego Edvard Munch. La angustia y el miedo plasmados en la figura andrógina del cuadro resuenan en el inicio de los juegos, marcando el tono sombrío que define la serie.
Esta obra es considerada un símbolo del expresionismo, El grito refleja la ansiedad y desesperación humanas.
El intrincado diseño del cuarto de escaleras por donde transitan los jugadores se inspira en Relatividad, obra del artista neerlandés M.C. Escher. Este grabado litográfico presenta escaleras que desafían la lógica, creando un espacio absurdo que refleja la confusión y el sinsentido que también predomina en la serie.
El colorido diseño del cuarto de escaleras también encuentra inspiración en La Muralla Roja del arquitecto español Ricardo Bofill. Este edificio postmodernista destaca por su estructura laberíntica y estética utópica, elementos presentes en los espacios de la serie.
Esta obra está situada en Calpe, España, La Muralla Roja es un homenaje a las kasbah árabes.
La cena triangular en una de las escenas finales de la serie parece remitir a la instalación La cena de Judy Chicago, una obra clave del arte feminista. Ambas piezas comparten una disposición triangular que invita a reflexionar sobre el poder y las relaciones humanas.
La serie también hace referencia a la obra surrealista El imperio de las luces de René Magritte, que aparece mencionada explícitamente en el segundo episodio. Esta pintura combina elementos opuestos como el día y la noche, un contraste que también se refleja en la narrativa de la serie.
Otro guiño a Magritte se encuentra en los dulces Dalgona, presentados como parte de un desafío. La sombrilla en esta escena recuerda La fiesta de Hegel, donde el surrealismo alcanza niveles de contradicción visual que desconciertan al espectador.
El lujo y la extravagancia de una de las escenas finales de la serie parecen inspirarse en la famosa cena surrealista organizada por los Rothschild en 1972. Este evento reunió a las figuras más influyentes de la época en un ambiente excéntrico y lleno de simbolismo.
El Juego del Calamar sigue cautivando audiencias de todo el mundo. Si aún no la has visto, te invitamos a prestar atención a los detalles para descubrir nuevas referencias escondidas en cada episodio de esta segunda temporada.
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