El caso de Cindy James; la mujer que por años pidió ayuda al 911 pero no le creyeron

Aunque Cindy James clamaba por auxilio fue ignorada y cuando le creyeron era tarde

| 2024-09-13

Casos de tragedias que pudieron evitarse hay muchos a lo largo de la historia, pero pocos existen como la historia de Cindy James que, aunque intentó usar todos los canales de seguridad a su alcance para poder obtener ayuda sus lamentos fueron ignorados por las autoridades que debían protegerla hasta que fue tarde.

La muerte de Cindy Elizabeth James fue un crimen cometido aproximadamente entre el 2 y el 8 de junio de 1989, era una enfermera canadiense que desapareció en Richmond, Columbia Británica en Canadá el 25 de mayo de 1989, siendo hallada sin vida cerca de dos semanas después en el jardín de una casa abandonada, atada de pies y manos en una postura que no podría hacer sola y con una media de nailon alrededor del cuello.

Inoperancia de la policía en el caso de Cindy James

La Real Policía Montada del Canadá afirma que jamás fue incapaz de hallar evidencias que sugiriesen que James hubiese sido víctima de un acosador, haciendo menos su caso por la depresión y pensamientos suicidas que Cindy ya tenía.Las autoridades prefirieron considerar que varios de los ataques habían sido un montaje orquestado por Cindy James. Pese al escepticismo de las autoridades, la familia de James insistió públicamente en que Cindy había sido acosada y posteriormente asesinada.

Durante un periodo de casi siete años de 1982 a 1989, Cindy efectuó aproximadamente noventa denuncias ante la policía. Cindy James alegó estar siendo víctima de asalto, vandalismo, incendio provocado, intimidación, allanamiento de morada y agresiones físicas perpetradas por una persona o personas desconocidas.

Los incidentes comenzaron en septiembre de 1982, cuatro meses después de que James se separase de un hombre con el que tenía una amplia diferencia de edad. A finales de ese mes, Cindy informó a varias amistades y miembros de su familia que sospechaba que un merodeador andaba deambulando alrededor de su casa.La policía solo le pidió que anotara las llamadas y cambiara el número, poco después de que los agentes abandonasen la vivienda, James recibió una llamada en la que la voz de un hombre dijo, "maldita zorra, te atraparé".

Cindy James encontró una nota sujeta al parabrisas de su coche en la que aparecía una foto de un cadáver tumbado y cubierto con una sábana, además los cables de la línea telefónica fuera de la casa habían sido cortados en cinco áreas distintas. En la que figuraba escrito «Feliz Navidad»; la nota estaba acompañada de una foto manchada con tinta roja en la que aparecía una mujer con la garganta cortada.

Cindy James sufrió violencia y fue ignorada

La noche del 27 de enero de 1983, Agnes Woodcock, amiga y compañera de trabajo de Cindy en la Blenheim House, acudió a visitar a James, a quien descubrió inconsciente en el patio trasero de la casa, con una media de nailon alrededor del cuello.Tras recobrar la consciencia, Cindy informó a Woodcock de que había sido atacada por la espalda por un asaltante mientras se dirigía al garaje, relatando además que el individuo la introdujo en el garaje, donde otro hombre estaba esperando, y que los dos trataron de estrangularla.

James declaró además que ambos insertaron un cuchillo en su vagina y amenazaron con matar a su hermana pequeña Melanie si denunciaba el ataque a las autoridades. La policía solicitó que James fuese examinada por un psiquiatra, a lo que Cindy se negó por temor a quedar estigmatizada; en su lugar, James accedió a visitar a un médico de cabecera con experiencia en asesoramiento. En su desesperación se mudó y cambió de auto. Contrató al investigador privado Ozzie Kaban, cuyos servicios retribuiría los siguientes seis años. Kaban advirtió que Cindy había tomado medidas para protegerse, como llevar en todo momento un botón del pánico portátil y un espray de aceite y pimienta.

Entre octubre y noviembre James descubrió los restos de tres gatos estrangulados en su jardín, cada uno atado con una cuerda; en su diario. James siguió recibiendo numerosas llamadas tanto en casa como en la Blenheim House, algunas de ellas atendidas por sus compañeros de profesión, quienes declararon que la persona al otro lado del teléfono nunca llegó a decir una sola palabra.

El 30 de enero de 1984, Kaban oyó ruidos extraños a través de un transceptor que había entregado a Cindy, lo que llevó a Ozzie a acudir a la vivienda;una vez allí encontró a James boca abajo e inconsciente en la sala de estar con una nota sujeta a su mano izquierda por un cuchillo de cocina clavado con tanta fuerza que el mismo se hallaba incrustado en el suelo.En la nota se podía leer el siguiente mensaje, escrito con letras recortadas y pegadas de una revista: «AHORA DEBES MORIR».

A finales de junio de 1985, James fue internada contra su voluntad en la unidad de psiquiatría del Lions Gate Hospital tras haber intentado suicidarse mediante la ingesta de medicamentos recetados, aunque la propia Cindy declaró que no tenía intención de quitarse la vida y la soltaron.

En el curso de casi siete años, la Real Policía Montada de Canadá invirtió aproximadamente entre $1 y $1,5 millones en la investigación de las denuncias de Cindy sin hallar ni una sola evidencia de sus afirmaciones. Debido a esto, las autoridades sospechaban que James se estaba inventando los ataques con el fin de parecer la víctima de un asaltante. Cindy expresó sentirse frustrada con todo el departamento de policía.

El triste desenlace de Cindy James

Aproximadamente a las 16:00 horas del 25 de mayo de 1989, Cindy recogió su cheque en el Hospital General Richmond; allí habló con una compañera de trabajo, quien declaró que James parecía estar de buen humor además de decirle que no había sufrido ningún episodio de acoso en su casa desde hacía por lo menos dos semanas.

Cindy fue vista por última vez ese día varias horas después comprando comestibles en un supermercado y acudiendo a la sucursal del Banco, luego ella tenía previsto instalar en su casa un sistema de detección de infrarrojos, quedó de verse con una familia, pero no pasó, al no tener noticias de Cindy, sus amigos acudieron a su domicilio hacia las 22:00 horas; la casa estaba cerrada y el coche de James ausente.

Luego de encontrar su auto vacío, decidieron denunciar la desaparición de Cindy.Pese a que solo habían transcurrido unas pocas horas desde su último avistamiento, se envió una patrulla para investigar su paradero basándose en su extenso historial de asaltos.

Tras efectuarse un examen al vehículo, se hallaron restos de sangre dentro del automóvil, en el lado del conductor, así como comestibles y un regalo de cumpleaños para el hijo pequeño de un amigo; el contenido de la billetera de James fue encontrado debajo del coche.Se hizo una investigación siempre considerando el historial de llamadas de Cindy que no llevó a nada.

El 8 de junio de 1989, Gordon Starchuck, trabajador municipal a cargo de labores de pavimentación, descubrió el cadáver de Cindy en el patio trasero de una casa abandonada en Richmond.Su cuerpo estaba en posición fetal con las manos en la espalda y los pies atados entre sí y con una media de nailon negra fuertemente atada al cuello.La pierna derecha de James yacía bajo unos arbustos de moras, mientras que su abrigo se encontraba cerca del cadáver. La propiedad en la que se hallaron sus restos se encontraba situada a lo largo de una calle transitada próxima a una intersección la cual era muy frecuentada por peatones. En el tanque de combustible ubicado fuera de la casa, la policía descubrió un grafiti hecho con espray naranja: «Alguna zorra murió aquí».

Por su parte, una línea trazada con el mismo espray se dirigía desde el tanque hasta el lugar donde apareció el cuerpo, el cual se hallaba rodeado por un círculo hecho con el espray dentro de la casa había a su vez otro grafiti el cual únicamente mostraba la palabra «Diablo» 

Descubrieron que las manos de Cindy estaban tan fuertemente atadas que un dedo había arañado otro hasta el hueso, descubriéndose en la parte interna del codo derecho una punción consistente con la efectuada por una aguja hipodérmica. Con base en la actividad de las larvas, la entomóloga Gail Anderson concluyó que la descomposición del cadáver había comenzado en el mismo lugar donde fue hallado como muy pronto el 2 de junio, la autopsia determinó que James había muerto a causa de una intoxicación múltiple provocada por la ingesta de morfina, diazepam y flurazepam.El método empleado para administrar la morfina no pudo ser determinado, calificando este hecho el farmacólogo que analizó el informe toxicológico de «desconcertante».

La policía se lava las manos en el caso de Cindy James 

Pese a todo, la RPMC sospechaba que la causa de la muerte podía ser un suicidio o un accidente debido a la sospecha de que James había fingido los asaltos que llevaba años denunciando, circunstancia que fue reportada por numerosos medios de prensa sensacionalista locales.

Se celebró un acto en memoria de Cindy el 14 de junio, dos días después del que hubiera sido su 45 cumpleaños. La policía vigiló la ceremonia con cámaras ocultas con el fin de capturar los rostros de los asistentes, así como las matrículas de sus vehículos (Makepeace no asistió).La casa abandonada donde se descubrió el cuerpo de James fue demolida ese mismo verano.

Durante la investigación se trató de averiguar si Cindy pudo o no haberse atado de la forma en que fue encontrada; mediante el uso de una cuerda de nailon de la misma longitud que la hallada en el cadáver, Chisnall demostró cómo James pudo haberse atado en un lapso de tres minutos, tiempo suficiente antes de que los narcóticos hubiesen empezado a hacer efecto.La investigación concluyó el 25 de mayo de 1990, exactamente un año después de la desaparición de Cindy.Tras las deliberaciones, el jurado fue incapaz de determinar si la muerte fue suicidio, homicidio o accidente.Finalmente la muerte de James sería calificada como «suceso desconocido» y el caso cerrado.

Pese a todo para la opinión pública, la policía de Canadá fue calificada como inoperante por haber dejado a Cindy James sin ayuda, llevándola a la locura hasta finalmente dejar de sufrir por siempre.

.
.