| 2024-04-14
El 14 de abril, la Iglesia Católica honra a Santa Liduvina de Schiedam, una santa holandesa del siglo XIV, conocida como la patrona de las personas con enfermedades crónicas y patinadores de hielo.
Nacida en 1380 en Schiedam, cerca de Róterdam, Países Bajos, su vida cambió drásticamente a los 15 años después de sufrir una caída mientras patinaba sobre hielo, lo que la dejó con graves lesiones y postrada en cama de por vida.
A pesar de enfrentar intensos dolores y múltiples enfermedades durante más de 38 años, Liduvina encontró consuelo y propósito en su fe. Aceptó su sufrimiento como la voluntad divina y se dedicó intensamente a la oración y al servicio espiritual.
Su resistencia y devoción la convirtieron en un símbolo de esperanza para muchos, especialmente para aquellos que sufren enfermedades crónicas.
Santa Liduvina es recordada por sus visiones místicas y éxtasis espirituales, que fortalecieron su conexión con lo divino y la convirtieron en una figura inspiradora dentro de la comunidad católica. Murió el 14 de abril de 1433 y fue canonizada por el Papa León XIII en 1890.
Las celebraciones más significativas en honor a Santa Liduvina se llevan a cabo en su ciudad natal, Schiedam, donde su legado es profundamente venerado. Estas festividades pueden incluir procesiones y misas especiales, reflejando su impacto perdurable en la comunidad.
Aunque en México no se reportan grandes celebraciones específicas para Santa Liduvina, su figura es respetada y venerada por los fieles que buscan su intercesión en momentos de enfermedad o desafíos relacionados con la salud.
Aunque no existe una oración formal y universalmente reconocida dedicada a Santa Liduvina, los devotos suelen dirigirse a ella en oraciones personales, pidiendo su intercesión para aliviar el sufrimiento y obtener consuelo en momentos de enfermedad.
Esta santa sigue siendo un faro de luz para quienes enfrentan adversidades significativas, recordándoles la importancia de la fe y la resiliencia en los momentos más desafiantes de la vida.