| 2024-03-13
Con un diámetro que supera tres veces la altura del Monte Everest, el Cometa Diablo (12P/Pons-Brooks) no solo impresiona por su tamaño sino también por la rareza de su visita. Su trayectoria, que lo acercará peligrosamente a nuestro planeta en 2024, ha capturado la imaginación de la comunidad científica y astronómica mundial.
El legado del Cometa Diablo se remonta al siglo XIX, cuando fue avistado por Jean-Louis Pons y más tarde, de forma independiente, por William R. Brooks. Este cometa, que une los nombres de ambos astrónomos, realiza un largo viaje de 71 años alrededor del Sol antes de volver a visitar las inmediaciones terrestres.
El fenómeno ha sido objeto de intensa observación, especialmente después de que la NASA reportara varias 'explosiones' en su superficie, fenómenos causados por el intenso calor solar que no representan una amenaza para la Tierra gracias a su trayectoria segura.
La apariencia única del cometa, captada en imágenes con dos proyecciones luminosas que recuerdan a cuernos, junto a su comportamiento volátil, han inspirado su apodo de Cometa Diablo.
Este nombre evoca imágenes apocalípticas y ha alimentado la imaginación de quienes lo esperan con una mezcla de asombro y una pizca de temor supersticioso.
Una cita astronómica imperdible
El punto álgido de su visita será el 21 de abril de 2024, aunque su presencia también adornará el cielo durante el eclipse total de Sol del 8 de abril. Los observadores tendrán la oportunidad única de admirarlo sin la ayuda de instrumentos ópticos, preferentemente desde ubicaciones oscuras y despejadas mirando en la parte oeste-noroeste del cielo al final del atardecer.
El Cometa Diablo marcará el cielo de 2024 con su breve, pero memorable paso cerca de nuestro planeta. Aquellos que se pierdan este espectáculo tendrán que esperar hasta 2095 para su próxima aparición, haciendo de su observación un evento verdaderamente único en la vida.