| 2025-02-10
El Papa Francisco, de 88 años, interrumpió este domingo la lectura de su homilía durante la misa del Jubileo de las Fuerzas Armadas en la Plaza de San Pedro debido a dificultades respiratorias.
Tras disculparse, solicitó al maestro de ceremonias, el arzobispo Diego Ravelli, que continuara la lectura en su lugar.
Este episodio se produce pocos días después de que el Papa no pudiera leer su catequesis en la audiencia general del miércoles anterior, debido a una bronquitis que le ha afectado recientemente.
A pesar de su estado de salud, Francisco decidió presidir la misa al aire libre, en una jornada fría y ventosa, ante más de 30,000 militares y policías de diversos países.
Es importante mencionar que, en ocasiones anteriores, el Vaticano ha proporcionado actualizaciones sobre la salud del Papa cuando ha enfrentado problemas médicos. Por ejemplo, en noviembre de 2023, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó sobre una inflamación pulmonar que causó dificultades respiratorias al Pontífice, pero aclaró que su estado era "bueno y estacionario".
Durante la homilía, el Papa instó a los miembros de las fuerzas armadas a "vigilar contra la tentación de cultivar un espíritu de guerra" y a no ser "seducidos por el mito de la fuerza y el ruido de las armas".
También enfatizó la importancia de no contaminarse "por el veneno de la propaganda del odio, que divide el mundo en amigos a los que defender y enemigos a los que combatir".
Tras delegar la lectura de la homilía, Francisco pudo pronunciar los últimos rezos y el Ángelus, durante el cual hizo un llamado urgente por la paz mundial, mencionando regiones como Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar, Oriente Medio y Sudán
Los feligreses presentes en la Plaza de San Pedro reaccionaron con preocupación y respeto cuando el Papa Francisco interrumpió la lectura de su homilía debido a dificultades respiratorias.
Al notar su esfuerzo para hablar y su posterior decisión de delegar la lectura al arzobispo Diego Ravelli, muchos mostraron gestos de apoyo, incluyendo aplausos y signos de aliento.
Según reportes, el ambiente se tornó de expectación y silencio cuando el Papa pidió disculpas y explicó su dificultad para respirar.
Sin embargo, al ver que pudo continuar con la celebración y pronunciar los últimos rezos, los asistentes expresaron alivio y continuaron escuchando con atención.
Al final de la ceremonia, varios feligreses y miembros del clero oraron por su salud, reflejando el cariño y preocupación que inspira en la comunidad católica.