Paola denunció violación y casi la condenan por adulterio en Catar

Xalapa | 2022-02-18 | Adolfo Gómez

Fue el 6 de junio de 2021 cuando el sueño de Paola se truncó. Fue víctima de abuso sexual por parte de alguien a quien consideraba su amigo; esto ocurrió en Catar, un país que tiene “un punto de vista diferente” respecto a estas situaciones.

Paola Schietekat Sedas trabajaba como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, dentro de la organización del Mundial que se celebrará en el país árabe este 2022. Ella misma relató que una persona –de la comunidad latina- entró a su departamento y tras forcejear abusó sexualmente de ella.

Paola cuenta que anteriormente vivió una experiencia de abuso por parte de una expareja; “denuncié porque no iba a permitir que se repitiera la historia, porque ya no era la niña de 16 años y porque, en un acto de amor propio, me negué a dejar que alguien lastimara así mi cuerpo de nuevo, sin consecuencias”.

Con todas las pruebas y un certificado médico, Paola acudió a presentar su denuncia, acompañada por el cónsul de México en Catar; tras firmar una declaración y pasar por una entrevista “hecha totalmente en árabe”, horas después fue convocada por la policía, quienes la encararon con su agresor. Las cosas tomaron entonces otro giro.

Después de otro interrogatorio, peticiones de una “prueba de virginidad” e incluso el entregar su teléfono, Paola supo que su agresor afirmaba que sostenían una relación sentimental.

“En Qatar, tener una relación extramarital se paga con hasta siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia incluye cien latigazos. De un momento a otro, mi denuncia ya no importaba”.

Fue gracias al Supreme Committee que consiguió salir del país; sin embargo, las acusaciones en su contra por adulterio continuaron, lo que le impedía regresar a Doha, mientras que los señalamientos de abuso en contra de su agresor fueron desestimados.

Aunado a las fallas en el sistema judicial en oriente medio, que mantienen a la mujer como un ser casi sin reconocimiento legal y con pocos derechos básicos, Paola remarcó la casi nula atención por parte del servicio exterior mexicano; poca preparación en las leyes cataríes, el nulo conocimiento del idioma árabe y la respuesta de “cierren bien la puerta” a una petición de protección ante el acoso de quien abusó de ella.

“¿Cómo servirá esa misma Embajada a miles de mexicanas y mexicanos que asistan al mundial en un país donde las relaciones fuera del matrimonio o la homosexualidad son penadas? ¿Cómo servirá esa Embajada a miles de mexicanas y mexicanos que no hablen árabe, que tampoco conozcan las leyes qataríes?”.

La historia de Paola Schietekat toma fuerza ante una situación de incredulidad de las autoridades mexicanas ante las denuncias de casos de acoso sexual y violación hacia políticos, intelectuales y otros personajes conocidos. Aunque casos como el de Andrés Roemer parecieran haber generado cierta reacción (pues incluso hay solicitudes de extradición) otros como el de Pedro Salmerón parecen quedar en el olvido, sin investigaciones formales o de oficio ante la petición de una “denuncia formal”, que en nada garantiza el acceso a la justicia a cientos de mujeres.

“No se dan cuenta que las denuncias están escritas en los tendederos, que se repiten los mismos nombres, escritos con diferentes letras. Pero también sucede que las denuncias llegan muy tarde, dos, cinco, diez años más tarde, porque el proceso de quitarse el miedo, la culpa y la vergüenza es arduo, porque conseguir la fuerza para señalar a un hombre poderoso y denunciarlo con voz firme es un acto de valentía.

“Porque mientras vivamos en un mundo que parece odiar a las mujeres, las denuncias o no sirve, o se cuestionan, o llegan muy tarde para proceder, o hasta te criminalizan.

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