Veracruz | 2020-11-09 | Redaccion
Hace 31 años, la noche del 9 de noviembre de 1989, fue derribado el Muro de Berlín, que dividió la capital alemana durante otras casi tres décadas.
Pero el Muro de Berlín no solo dividía a esta ciudad: dividía a toda Europa y era el símbolo de un mundo bipolar en el que dos potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, eran los polos de influencia.
Su caída posibilitó la reunificación alemana y fue precursora de la desaparición de la Unión Soviética y del final de la Guerra Fría.
Pero antes de analizar el impacto que tuvieron en el mundo los hechos ocurridos el 9 de noviembre de 1989, ¿por qué existía este muro en el corazón de Europa?
Un orden Bipolar
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se rindió ante los Aliados, un grupo de países occidentales, incluidos Reino Unido, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética.
El país quedó dividido en cuatro zonas de ocupación, bajo influencia de cada una de esas potencias.
Berlín estaba en la zona soviética, pero como era la capital de Alemania se decidió que también se dividiría en cuatro áreas, una controlada por cada uno de los cuatro países.
Pronto se hizo evidente que la Unión Soviética tenía ideas muy diferentes a las demás acerca de cómo debería funcionar su sección.
Para 1949, Alemania se había convertido en dos países separados: la República Federal de Alemania (Alemania Occidental), siguiendo el modelo capitalista de Reino Unido, Estados Unidos y Francia y la comunista República Democrática Alemana (Alemania Oriental), en la órbita de la Unión Soviética, con un sistema de partido único y economía planificada.
En Alemania Occidental había libertad de movimiento y la gente podría expresar libremente sus opiniones.
Alemania Oriental tenía reglas más estrictas sobre cómo deberían comportarse las personas y una policía secreta, la Stasi, que supervisaba lo que hacían.
A medida que pasaban los años, miles de personas al día escapaban del Este hacia el Oeste.
En esa época, medio millón de personas pasaba cada día la frontera en ambas direcciones y de esta manera, podían comparar las condiciones de vida de ambos lados.
Se estima que entre 1949 y 1961, alrededor de 2,7 millones de personas abandonaron la RDA y Berlín Oriental, según la página web oficial del Muro de Berlín. Aproximadamente la mitad de esa corriente migratoria estaba compuesta por gente joven de menos de 25 años.
Solamente en el año 1960, alrededor de 200.000 personas se mudaron de forma definitiva al Oeste.
En 1961, las autoridades comunistas ordenaron que se construyera un muro que dividiera el este y el oeste de Berlín para evitar que la gente cruzara de un lado al otro.
¿Qué provocó su caída?
Aunque parezca que el Muro de Berlín cayó de un día para otro, en realidad puede considerarse la culminación de un proceso.
En todo el bloque soviético soplaban vientos de cambio y para Carmen Claudín, investigadora especializada en historia rusa y soviética del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) un think tank con sede en Barcelona y especializado en asuntos internacionales esos vientos tenían su origen en Moscú.
"La caída del Muro no hubiera sido posible sin las políticas de (Mijaíl) Gorbachov en la URSS", dice la experta.
En marzo 1985, Gorbachov se convirtió en secretario general del Partido Comunista, lanzando un dramático programa de reformas.
Su política conocida como "Glasnost" (apertura, transparencia) consistía en eliminar las prácticas de la represión estalinista y darles más libertades a los ciudadanos soviético, que vieron como presos políticos eran liberados y los periódicos publicaban artículos críticos hacia el gobierno.
Estas políticas se dejaron sentir no solo en la URSS, sino también en algunos de los países satélites de la Unión Soviética en Europa.
El mismo año de la caída del Muro, en junio de 1989, en Polonia el movimiento sindical no comunista Solidaridad de Lech Valesa logró que se celebraran las primeras elecciones parcialmente libres en décadas.
Hungría abrió completamente sus fronteras y miles de "turistas" de Alemania del Este llegaron ese verano al país vecino en busca de una forma de cruzar a Austria. El éxodo se convirtió en una marea humana.