Groenlandia | 2025-03-16
Las autoridades de Groenlandia han perdido la paciencia con Donald Trump y han reaccionado con contundencia ante sus reiteradas amenazas de anexar la isla, incluso por la fuerza.
Como territorio autónomo bajo la soberanía de Dinamarca, los dirigentes groenlandeses han subrayado que no aceptarán presiones externas ni permitirán que su autonomía sea vulnerada.
La molestia de Groenlandia se hizo evidente en una declaración conjunta firmada por los cinco partidos con representación en el Parlamento regional (Inatsisartut), donde rechazaron tajantemente las declaraciones del presidente estadounidense sobre un posible control de la isla.
"No podemos tolerar que se siga especulando con la apropiación de nuestro territorio", expresaron. Asimismo, enfatizaron: "Este tipo de actitudes no son propias entre aliados y países amigos".
El comunicado se difundió poco después de que Trump se reuniera el jueves con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, encuentro en el que el mandatario estadounidense pareció reafirmar su interés en Groenlandia. Sin embargo, el interés de Washington por la isla no es reciente.
Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos mantiene una base militar en la región, y Trump posiblemente también busque explotar los recursos minerales de tierras raras presentes en su suelo.
Mute B. Egede, primer ministro saliente cuyo partido fue derrotado en las elecciones del martes, tuvo un papel clave en impulsar esta declaración. A través de sus redes sociales, expresó un mensaje contundente: "Groenlandia nunca será parte de Estados Unidos y los groenlandeses jamás seremos estadounidenses". Además, advirtió: "Es momento de que nos respeten. Esto debe parar".
Geográficamente, Groenlandia se encuentra entre los océanos Ártico y Atlántico y es la isla más grande del mundo. Ha permanecido bajo administración danesa durante más de 300 años, a pesar de estar a casi 3,000 kilómetros de Dinamarca.
Su población, que apenas alcanza los 56,000 habitantes, está compuesta mayoritariamente por inuit. Con cerca del 80% de su territorio cubierto de hielo, la mayoría de sus habitantes se asientan en la costa suroeste, en especial en su capital, Nuuk.
A pesar de gozar de autonomía en asuntos internos, la política exterior y la defensa siguen bajo el control de Copenhague.
El pronunciamiento de los partidos groenlandeses se produjo en medio del proceso de reorganización política tras los recientes comicios, donde el Partido Demócrata, de centroderecha, obtuvo un sorpresivo triunfo. Jens-Frederik Nielsen, líder del partido y probable próximo primer ministro, está en negociaciones para formar una coalición de gobierno.
En este contexto, los líderes políticos de Groenlandia reiteraron su postura firme contra cualquier intento de injerencia.
"Groenlandia sigue su propio camino", manifestaron en su declaración. "Nos mantenemos unidos y no permitiremos que nadie nos divida". Finalmente, cerraron con un mensaje categórico: "Groenlandia es una nación con un destino propio, y así seguirá siendo".