| 2025-01-20
En la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, celebrada el 20 de enero de 2025 en Washington D.C., varios empresarios mexicanos fueron invitados a participar en las ceremonias oficiales. Entre los asistentes destacados se encuentran:
Carlos Slim Helú: Reconocido empresario y uno de los hombres más ricos del mundo, cuya presencia subraya la importancia de las relaciones económicas entre México y Estados Unidos.
Francisco Cervantes Díaz: Presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien representa a diversas organizaciones empresariales mexicanas.
Alejandro Malagón Barragán: Presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), asistió en representación de la industria mexicana, clave en la relación bilateral.
Héctor Sulaimán Saldivar: Empresario vinculado al mundo del boxeo y miembro de consejos de administración de varias empresas mexicanas e internacionales.
Además de estos nombres, se informó que entre cuatro y cinco empresarios mexicanos fueron invitados a la investidura presidencial y a los eventos posteriores, como cenas de gala y fiestas oficiales.
Es importante destacar que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no asistió al evento, ya que tradicionalmente no se invita a jefes de Estado extranjeros a las ceremonias de investidura presidencial en Estados Unidos.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha generado expectativas sobre posibles movimientos económicos en México, debido a la relación compleja entre ambos países, especialmente en los ámbitos del comercio, inversiones y política exterior.
Con Trump en la presidencia, se espera que se sigan impulsando acuerdos comerciales dentro del T-MEC, donde México y Estados Unidos tienen un fuerte vínculo comercial. Aunque Trump presionó por ciertos cambios en su momento, su enfoque será probablemente mantener la relación comercial, adaptándose a la situación global.
Si bien las políticas migratorias de Trump podrían generar incertidumbre, la estabilidad de la relación bilateral podría generar un flujo constante de remesas de los mexicanos en EE. UU., que siguen siendo una fuente importante de ingresos para las familias mexicanas.