| 2025-01-29
El presidente Donald Trump tomó medidas para expulsar a las personas transgénero del ejército, ordenando al Pentágono la eliminación de los programas de diversidad y la reincorporación de miembros del servicio que fueron despedidos por negarse a recibir la vacuna contra la COVID-19.
Estas decisiones forman parte de su iniciativa para reformar las fuerzas armadas estadounidenses.
Entre las directrices establecidas en una serie de órdenes ejecutivas, Trump y su nuevo secretario de Defensa, Pete Hegseth, han argumentado que buscan restaurar una cultura militar tradicionalmente masculina y profesional. Al mismo tiempo, rechazan las políticas de equidad en el reclutamiento y la dotación de personal, que, según Hegseth, han debilitado la capacidad de combate del ejército.
Trump ha insistido en que "la búsqueda de la excelencia militar no debe verse comprometida por agendas políticas o ideologías que afectan la cohesión de las unidades".
Afirmó que la reciente influencia de una ideología de género radical en las fuerzas armadas ha sido impulsada por activistas que no tienen en cuenta los requisitos físicos y mentales del servicio militar, ha manifestado que "la adopción de una identidad de género distinta al sexo biológico de una persona entra en conflicto con los valores de honor, verdad y disciplina que exige el servicio militar".
Considera que este tipo de identidad, sumada a intervenciones médicas hormonales y quirúrgicas, no es compatible con los estándares rigurosos del ejército.
En otro apartado, el decreto presidencial ha ordenado la eliminación de los programas de diversidad, equidad e inclusión, argumentando que "debilitan la meritocracia y fomentan la discriminación racial y sexual".
"Nadie dentro de nuestras Fuerzas Armadas debe ser favorecido o perjudicado en función de su sexo, raza, etnia, color o credo", concluyó Trump.
Por otra parte, el mandatario ha firmado una orden para readmitir a los militares que se negaron a vacunarse contra la COVID-19, en un acto que califica como "reparación".
La decisión surge después de que en 2021 se exigiera la vacunación obligatoria y en 2023 se rescindiera la medida, algo que, según el decreto, fue "una carga excesiva e innecesaria".
"El ejército despidió de manera injusta a quienes rechazaron la vacuna, sin considerar los años de servicio dedicados a la nación y sin otorgar exenciones a muchos que las merecían. La reparación de estos despidos indebidos por parte del Gobierno federal aún está pendiente", detalla el documento.