Europa | 2024-04-25
Recientes imágenes captadas por la sonda Mars Express y la ExoMars Trace Gas Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) han vuelto a encender la imaginación popular al sugerir la presencia de "arañas" en Marte.
No obstante, antes de saltar a conclusiones extraterrestres, es crucial entender que, pese a las impresionantes fotografías, lo observado no son criaturas vivientes, sino un fenómeno natural fascinante.
Lo que a primera vista parece ser arácnidos acechando sobre el paisaje marciano son, en realidad, erupciones estacionales de gas carbónico.
Este intrigante proceso natural ocurre principalmente en la región conocida como "Ciudad Inca", ubicada en la zona polar sur del planeta rojo.
Durante la transición de las estaciones, de invierno a primavera en Marte, el hielo acumulado libera gas carbónico, creando canales que pueden medir desde 45 metros hasta un kilómetro de diámetro.
Según la ESA, "estos rasgos oscuros se forman cuando la luz del sol de la primavera incide sobre capas de dióxido de carbono, transformando en gas el hielo presente en la base.
Este gas se acumula y finalmente rompe las capas superiores de hielo, liberándose y llevando consigo material oscuro hacia la superficie, creando géiseres que depositan este material en forma de manchas oscuras".
Así es como este impresionante proceso natural es el responsable de los intimidantes patrones en forma de araña observados bajo el hielo.
Descubierta en 1972 por la sonda Mariner 9 de la NASA, la Ciudad Inca o Angustus Labyrinthus, fue inicialmente identificada como una serie de dunas de arena petrificadas o restos de antiguos glaciares marcianos.
Investigaciones posteriores revelaron que se trata de un cráter circular de unos 86 km de ancho, posiblemente resultado de un antiguo impacto de meteorito, con crestas geométricas que serían intrusiones de magma post-impacto.
Este incidente también destaca cómo la pareidolia —la tendencia humana a reconocer patrones familiares donde no los hay— juega un papel en nuestras percepciones del espacio.
Ejemplos similares incluyen la famosa "cara de oso" marciana, una "puerta alienígena" y varias rocas con formas curiosas observadas por los rovers en Marte.
Mientras continuamos explorando Marte, es esencial comprender que muchas de las formas que 'detectamos' son juegos de luces y sombras, y no indicativos de vida extraterrestre.
La exploración espacial, además de ampliar nuestros horizontes científicos, también alimenta nuestra imaginación sobre lo que podría existir en el vasto universo.