| 2025-05-18
Durante una multitudinaria ceremonia en el Vaticano, el papa León XIV afirmó este domingo que trabajará por la unión de los creyentes y porque la Iglesia católica sea un símbolo de reconciliación global, más de 150,000 asistentes, entre ellos jefes de Estado, líderes religiosos y representantes reales, participaron en la misa de inicio de su papado.
En medio de estrictas medidas de seguridad, el pontífice recibió los distintivos tradicionales de su cargo: el palio, que se coloca sobre los hombros por encima de la casulla, y el anillo del pescador, fabricado exclusivamente para cada papa y destinado a ser destruido tras su fallecimiento. Esta liturgia marcó formalmente el inicio de su ministerio.
Durante su homilía, el nuevo pontífice condenó la violencia, los prejuicios y la marginación social provocada por modelos económicos injustos.
"Vivimos en un mundo donde aún persisten demasiadas divisiones, heridas abiertas por el odio, la discriminación y el temor a lo distinto", expresó. Fue una crítica directa a las estructuras que generan exclusión y pobreza.
Minutos antes de la eucaristía, Robert Francis Prevost recorrió la plaza de San Pedro a bordo del papamóvil, saludando y sonriendo a los fieles congregados. Fue su primera aparición pública de esta naturaleza desde que fue elegido hace diez días como líder de la Iglesia católica.
Originario de Estados Unidos y con 69 años de edad, Robert Prevost vivió más de veinte años en Perú, donde trabajó como misionero y más tarde como obispo en la ciudad de Chiclayo, al norte del país. También adquirió la ciudadanía peruana durante su estancia.
El papa expresó su preocupación por los sufrimientos humanos derivados de las guerras actuales. Mencionó la tragedia humanitaria en Gaza, donde la ofensiva militar israelí contra Hamás ha dejado a miles de civiles, incluyendo niños y ancianos, en condiciones extremas de necesidad.
También habló de Ucrania, calificándola de "nación martirizada" y pidió negociaciones que conduzcan a una paz justa y duradera.
Al elegir el nombre de León XIV, Robert Prevost rindió homenaje al papa León XIII, reconocido por impulsar la doctrina social de la Iglesia y denunciar la explotación obrera a fines del siglo XIX. Con ello, el nuevo papa dejó claro que su pontificado tendrá una fuerte orientación social.
En sus palabras finales, León XIV enfatizó la necesidad de promover la unidad, la gratitud y la caridad. Advirtió que la fe no debe ser utilizada para someter, manipular ni imponer. "No estamos llamados a dominar con poder o propaganda religiosa, sino a servir con amor", afirmó con firmeza.