| 2025-03-19
Empresarios temen que una empresa millonaria de Estados Unidos compre puertos clave del canal de Panamá como parte de la estrategia de Donald Trump para quedarse con este espacio como lo ha venido señalando anteriormente.
El consorcio de inversionistas encabezado por BlackRock reveló a principios de este mes su plan de adquirir por 22.800 millones de dólares los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en los extremos del canal de Panamá. Asimismo, busca obtener una participación mayoritaria en 43 puertos adicionales, que en conjunto abarcan 199 atracaderos en 23 naciones.
Las autoridades de Hong Kong y Beijing expresaron este martes su oposición a la propuesta de vender estos puertos al consorcio liderado por BlackRock, lo que ocasionó una fuerte caída en el valor de las acciones del conglomerado de Hong Kong que posee dichas instalaciones portuarias.
Aunque no se tiene certeza sobre cómo podrían intervenir los reguladores en esta transacción anunciada a inicios de mes, especialistas sostienen que la fuerte desaprobación de Beijing podría obstaculizar el proceso. Los puertos que CK Hutchison pretende ceder al grupo de inversión estadounidense se encuentran fuera de Hong Kong y China continental, lo que genera incertidumbre sobre una posible intervención gubernamental.
Una agencia reportó este martes que múltiples agencias gubernamentales chinas, entre ellas el principal regulador del mercado, han recibido órdenes de las autoridades estatales para evaluar el acuerdo en busca de eventuales riesgos de seguridad o incumplimientos en materia de competencia.
Durante una rueda de prensa habitual, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, evitó responder directamente cuando se le consultó si el gobierno estaba examinando la venta de CK Hutchison. Sin embargo, reafirmó la postura de Beijing al declarar: "Deseo subrayar que China rechaza firmemente el uso de la coerción económica, el hegemonismo y la intimidación para perjudicar los derechos e intereses legítimos de otras naciones".
Por su parte, el jefe ejecutivo de Hong Kong, John Lee, se pronunció el martes en términos similares: "Nos oponemos al uso indebido de tácticas de presión o intimidación en el ámbito internacional, comercial y económico".
Hong Kong, que fue una colonia británica hasta su retorno a China en 1997 mediante un acuerdo especial que le otorgaba autonomía y derechos diferenciados de la China continental, ha sufrido importantes transformaciones en su entorno jurídico, empresarial y político desde la implementación de la ley de seguridad nacional en 2020.