Sombra de Mulata

La Mulata de Córdoba dejó su marca en la historia y en el mar. Un barco y su tripulación desaparecieron tras su espectral aparición.

Veracruz | 2025-02-11

Toda la tripulación pensaba había sido un error llamar al barco Sombra de Mulata. El capitán y dueño de la embarcación, estaba obsesionado con la leyenda de la Mulata de Córdoba pues decía su barco era una emulación de aquel dibujado en la celda, donde había sido encarcelada, cuando la sugestiva hechicera ante el asombro de sus custodios había escapado.

Algunos marinos supersticiosos no quisieron ser parte de la misma, cuando el capitán Moss anunció el primer viaje al Viejo Continente, otros lo tomaron con sorna y reto y fueron parte de la misma con indiferencia, pues era ganar un buen dinero, con la embarcación cargada de productos americanos para transportarlos a distintos puertos europeos.

El momento llegó y zarparon. El embarque parecía ir con calma. El Atlántico ofrecía días soleados y noches estrelladas donde cada marinero jugaba a la suerte con cartas españolas e inglesas, al calor de fuertes tragos.

Un atardecer amenazante de tormenta, dio un giro a la travesía.

Preparando amarres, las velas se bajaron y el timón conducido por Moss, y de inmediato  aconsejó al marinero vigía, subiera al palo y  lo mantuviera alerta.

Las primeras luces relampagueantes cubrieron un cielo cargado de oscuras nubes y la nave empezó a agitarse al vaivén del mar turbulento.

La tripulación tomó previsiones y en ciertos episodios de destellos violentos, la tormenta parecía menguar.

 En un momento de aparente calma la figura de una mujer apareció ante el asombro de los tripulantes. Algunos incrédulos se tallaron los ojos, en señal de lo acontecido y con miedo, percibieron la espectral visión; n obstante la reacción más inesperada y exasperante fue la del capitán Moss. Sacado de cabalidad gritaba: Lo dije, lo sabía, esta es la embarcación donde viajó la mujer bruja para escabullirse y huir...ahí la tienen es la Mulata...sí la Mulata de Córdoba...ululaba sin cesar...

En pocos minutos el mar volvió a la calma, mas no así, Moss. Prestos a llegar a La Coruña, por votación, la tripulación nombró a un contramaestre, mientras el capitán permanecía custodiado, por algunos de ellos. Llegando al puerto, lo bajaron amarrado y lo entregaron a las autoridades.

Se bajó y patento la mercancía en el astillero y el barco quedó bajo resguardo de los supervisores a cargo.

No se volvió a saber nada del personal de Sombra de Mulata, y tampoco del capitán Moss, la embarcación se remató a bajo costo a la Marina Española, quienes de inmediato le cambiaron el nombre.

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